Gusanos marinos con un cerebro humano
- Un gusano marino posee las mismas estructuras cerebrales que un humano
- Son las que corresponden a nuestra corteza cerebral: aprendizaje, conciencia...
- Pueden almacenar recuerdos para tomar decisiones adecuadas en el futuro
Un equipo de científicos ha descubierto estructuras cerebrales relacionadas directamente con el cerebro humano en un gusano marino, según un estudio publicado en la revista Cell.
El descubrimiento explica que los orígenes del cerebro humano se pueden remontar hasta hace 600 millones de años, cuando compartimos un ancestro común con esta especie, Platynereis dumerilii, un pariente del gusano común.
"Estos gusanos se construyen sus nichos, exploran el medio activamente para buscar alimentos y muestran signos de comportamientos aprendidos", señala Raju Tomer, autor principal del estudio, en Discovery News.
Tomer, junto a sus colegas del Laboratorio Biológico Molecular Europeo (EMBL), sospechan que otros invertebrados, como insectos, arañas o crustáceos, también poseen este tipo de estructuras cerebrales -órganos de champiñón-, que corresponden a nuestra corteza cerebral, la parte de nuestro cerebro relacionada con la memoria, el aprendizaje o la conciencia, entre otros.
Funciones básicas
Una de las explicaciones, según Detlev Arendt, co-autor del estudio, es que el fondo marino debía contar con diversas fuentes de alimentos, y para que estos organismos pudieran explorarlos habría sido "ventajoso la evolución de un cerebro que fuera capaz de integrar diferentes olores para distinguir lo que es buena y mala comida".
Este primer 'pre-cerebro', según los científicos, consistiría en un grupo de celulas que recibían y procesaban información muy básica sobre los alimentos y el medio ambiente.
La estructura puede haber permitido que nuestro antepasados reptaran por el fondo del mar para identificar las fuentes alimenticias, avanzar hacia ellas e integrarlas como experiencias aprendidas. "Estos recuerdos almacenados luego forman la base para tomar decisiones adecuadas en el futuro", considera el científico.
“Almacenaban recuerdos para tomar decisiones posteriores“
Aún así, el científico duda que los invertebrados piensen y sienta igual que los humanos, por el tamaño de sus cerebros y porque no tienen "la increíble cantidad de neuronas presentes en el cerebro humano", concluye Tomer.