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El primer ministro libanés califica de "error" haber acusado a Siria del asesinato de su padre

  • Saad Hariri reconoce que fue una acusación "política"
  • La muerte de su padre, ex primer ministro, provocó la salida de las tropas sirias
  • Tras la formación de su Gobierno, las relaciones entre ambos países han mejorado

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El primer ministro libanés, Saad Hariri, ha reconocido en una entrevista con el diario árabe internacional Asharq al Awsat que fue un "error" acusar a Siria de estar detrás del asesinato de su padre en febrero de 2005.

"Hemos cometido errores, ya que en una cierta etapa acusamos a Siria de haber asesinado al presidente mártir", ha declarado en referencia a su padre y ex primer ministro libanés Rafic Hariri.

Para el dirigente, esa acusación fue "política", ha subrayado en la entrevista en la edición digital del rotativo árabe.

"Hemos hecho una evaluación de los errores cometidos con Siria y que han afectado al pueblo sirio y a las relaciones entre ambos países", ha asegurado Hariri, quien ha agregado que tiene "siempre en cuenta los intereses de ambos pueblos".

Además, el primer ministro libanés ha explicado que ha abierto un "capítulo nuevo" en las relaciones con Siria desde la formación del Gobierno.

Investigación de la ONU

El pasado 18 de julio, Hariri y el presidente sirio, Bachar al Asad, expresaron su deseo en Damasco de estrechar la cooperación bilateral y de duplicar los intercambios comerciales entre ambos países en el marco de la normalización entre los dos estados.

La supuesta implicación del régimen sirio en el asesinato con coche bomba de Rafic Hariri en febrero de 2005, desató una oleada de presiones fuera y dentro del Líbano, que desembocó en la retirada de Siria del país tras casi tres décadas de presencia.

Está previsto que el Tribunal Especial para el Líbano (TEL), apoyado por la ONU y encargado de la investigación de este homicidio publique sus resultados en el último trimestre de este año.

El pasado mes de junio la situación en el Líbano se volvió tensa al asegurar el líder de Hizbulá, Hasan Nasralá, que el TEL acusaría a militantes "indisciplinados" de su grupo del crimen y posteriormente anunciar que tenía pruebas que implicaban a Israel en el mismo.