Harlan Coben, creador de Myron Bolitar, gana el Premio de Novela Negra RBA
El escritor de EE.UU. gana con la d
El escritor norteamericano Harlan Coben, autor de la serie protagonizada por el personaje de Myron Bolitar, ha ganado el IV Premio Internacional de Novela Negra RBA, que, con 125.000 euros, es el mejor dotado del mundo en su categoría.
Coben ha ganado el premio entre los 203 autores que se habían presentado al galardón, con su novela Live Wire, la décima entrega protagonizada por Myron Bolitar, un representante de deportistas convertido accidentalmente en detective.
El escritor estadounidense, que ha vendido más de 47 millones de ejemplares de sus libros en todo el mundo, ha sido el primer autor que consigue los tres galardones más prestigiosos de la novela negra, el Edgar Award, el Shamus Award y el Anthony Award.
En nombre del jurado, Antonio Lozano, ha destacado la capacidad de Coben para "mantener en vilo al lector" con "aperturas de impacto, secretos del pasado, giros asombrosos", además de sentido del humor, en el que no faltan "frases lapidarias a lo Marlowe".
Coben ha sorprendido a los periodistas con unas frases en español, un conocimiento del idioma que le viene de cuando hace 28 años trabajó como guía turístico en la Costa del Sol.
"Me siento orgulloso de ganar este premio, porque España significa mucho, ya que aquí fue donde comencé a escribir y mi primera novela, que hoy no recomiendo a nadie, se inspiraba en el comportamiento de aquellos turistas norteamericanos a los que guiaba", ha dicho.
La novela ganadora del RBA reflexiona acerca de los límites de la sinceridad y el perdón cuando hay vínculos familiares de por medio.
La historia de Live Wire, que RBA publicará a finales de noviembre, se inicia cuando una ex estrella del tenis femenino acude desesperada a Bolitar para que le ayude a dar con el paradero del padre del hijo que está esperando.
En sus pesquisas, Bolitar contará con la ayuda de sus dos más fieles compinches, Windsor Horne Lockwwod III, multimillonario, dandi y un arma letal andante, y su socia en la agencia de deportistas, Esperanza Díaz.
Una ecografía colgada en Facebook
Coben ha confesado que la temática de sus obras siempre se basa en su experiencia cotidiana, cuando pasea, cuando camina, cuando observa y siempre como resultado de una misma pregunta: "¿qué sucedería si...?".
El punto de partida de Live Wire se basa en la experiencia de un amigo de Coben, que colgó en su perfil en Facebook una imagen de la ecografía del bebé que esperaba.
"Algo extraño y fascinante que me suscitó un pregunta: ¿qué pasaría si un personaje cuelga en su cuenta de facebook la foto del hijo que espera con un mensaje de que el bebé no es suyo? y ¿adónde nos conduciría eso?", ha explicado el escritor.
“"Prefiero explorar el mal que uno puede descubrir en uno mismo"“
El autor norteamericano lleva esa necesidad de construir la ficción a partir de la cotidianeidad hasta el punto de que no le interesan ni los psicópatas ni los terroristas. "Prefiero explorar el mal que uno puede descubrir en uno mismo", ha confesado.
Otro Bolitar con casa y jardín y amigo de Dan Brown
No niega Coben que Myron Bolitar haya robado algunos rasgos de su personalidad: "Es un alter ego mío con características que me gustaría, porque es más inteligente, más divertido, más fuerte y mejor jugador de baloncesto que yo, pero, en cambio, yo soy mejor bailarín y más diestro con las mujeres, como prueba la relación estable que mantengo con mi mujer desde hace 28 años".
Como si su personaje estuviera en la rueda de prensa, Coben ha recordado con cierta socarronería que "a Myron le gustaría tener una pareja, unos hijos, una casa y una barbacoa en el jardín, como yo he conseguido". Pero también siente "celos" por algunas cosas que tiene su personaje y él no, como "unos padres mayores con los que hablar de vez en cuando".
Y respecto a su relación con otros escritores de novela negra, Coben mantiene una buena amistad con Dan Brown -con quien compartió pupitre en el Amherst College- y a menudo se reúnen con un selecto grupo de amigos, como Michael Connelly, Dennis Lehare o Ian Rankin, con los que no habla de literatura.