Una playa, una piscina de bolas y un tendedero gigante dan la nota en La Noche en Blanco
- Arena blanca de playa cubría la Plaza de la Cebada
- Pelotas de playa volaban por la plaza del Dos de Mayo
En la Noche en Blanco todo es posible, hasta instalar una playa en mitad de la capital era algo inimaginable. Sin embargo, en esta quinta edición se ha cumplido el deseo de todo madrileño.
La Plaza de la Cebada ha acogido el proyecto "Isla Ciudad". Nicolás, uno de los organizadores explica que ha querido crear "un mundo aparte dentro de Madrid", un espacio cerrado que la gente pueda disfrutar en septiembre".
Una piscina de agua cristalina, arena blanca, un chiringuito de playa, un espacio para conciertos y hasta un cine de verano es lo que los asistentes a la Noche en Blanco han podido encontrar en "Isla Ciudad".
Instalaciones reivindicativas
Pero este oasis en mitad de La Latina no es sólo un espacio donde divertirse sino que es también una reivindicación. En el lugar que ocupa este veraniego recinto había antes una piscina municipal, que fue derribada y, a pesar de las promesas, no ha vuelto a construirse.
Un aviso para todos aquellos que aún no hayan pasado por el paraíso: este espacio estará abierto durante los próximos 15 días. Además tiene un programa abierto, aún está por decidir qué conciertos tendrán lugar o qué películas se proyectarán, esperan sugerencias de los madrileños.
Y como contrapunto a la tranquilidad de este oasis, en la Plaza del Dos de Mayo tenía lugar una auténtica batalla campal. Cientos de pelotas de playa de todos los colores volaban por los aires. Hasta los más adultos no han podido resistirse a la tentación de unirse al juego.
Batalla campal en el Dos de Mayo
Alrededor de esta auténtica guerra, cientos de jóvenes hancían botellón y se divertían viendo cómo sus amigos se atrevían a descargar su adrenalina lanzándose estas pelotas, que poco a poco se iban llevando a casa los participantes.
Otro de los juegos que más aceptación ha tenido esta noche dedicada a la cultura ha sido "Inter-colada", en la Plaza de las Comendadoras.
Unas cuerdas de tender la ropa unían las viviendas de esta plaza y se han colocado todo tipo de prendas clasificadas por colores con un claro objetivo: intercambiarlas.
Esto era sólo al comienzo del juego, los asistentes iban cambiando ropa que traían de casa por la que estaba colgada, y así sucesivamente. El intercambio ha durado toda la noche y la respuesta ha sido muy buena, a pesar de que los organizadores estaban "abiertos al caos total", tal y como narraba uno de ellos Miguel Beloqui.
Vázquez de Mella y Gran Vía
En esta edición de La Noche en Blanco la Plaza de Vázquez de Mella ha sido el emplazamiento de los nostálgicos. Un vídeo de Super Mario Bross ha hecho las delicias de todos aquellos que crecieron con la Game Boy entre sus manos.
Y para completar estos juegos, sólo había que pasearse por la Gran Vía. Toboganes y columpios han inundado la centenaria avenida y, salvo algún percance sin gravedad, los asistentes han podido disfrutar de estas instalaciones hasta bien entrada la madrugada.