El caso L'Oréal se convierte en el 'Sarkogate' tras la denuncia de espionaje de 'Le Monde'
- El periódico publicó las declaraciones de testigos a mediados de julio
- El Elíseo habría ordenado identificar a su fuente, según 'Le Monde'
- Se localizó a David Sénat, consejero de la ministra de Justicia, y se le relevó
- Para el periódico estas medidas afectan directamente a la protección de fuentes
"Para identificar la fuente de las informaciones publicadas por Le Monde sobre el caso Woerth-Bettencourt y de poner fin a esas revelaciones sobre la investigación el Elíseo ha recurrido, durante el pasado mes de julio, a procedimientos que van directamente contra la ley de protección de secretos de las fuentes de los periodistas".
De esta forma la jefa de redacción de Le Monde, Sylvie Kaufmann, comunica en la edición de este lunes del periódico francés de referencia su intención de poner una denuncia contra "X" por violación de secretos de las fuentes. O, lo que es lo mismo, contra Sarkozy y su equipo por usar los servicios de inteligencia para acallar a una fuente incómoda.
Desmentido del Elíseo
Esta denuncia, que enfrenta directamente al principal periódico francés con el Elíseo, supone ampliar el campor de batalla en el intrincado caso Bettencourt, que afecta a la heredera de la fortuna de L'Oréal y al ministro de Trabajo, Eric Woerth, del que se sospecha un presunto favorable a la millinaria cuando era ministro de Presupuesto a cambio de favores a su esposa y donaciones al partido de Sarkozy, del que también era tesorero.
La denuncia ha animado a la eurodiputada ecologista Eva Joly a emplear la comparación del caso con el Watergate, el escándalo de espionaje que acabó con el entonces presidente estadounidense, Richard Nixon, sólo que ahora el apellido del mandatario galo completa el término.
Sarkozy ha desmentido este mismo lunes, a través de su gabinete, esas alegaciones y ha asegurado que "nunca dio la menor instrucción" a los servicios oficiales de información para investigar el origen de extractos de declaraciones obtenidas por las autoridades en la investigación del caso Bettencourt.
Sin embargo, el relato del periódico es muy diferente.
Entre el 15 y el 16 de julio, detalla el periódico, la investigación preliminar sobre el caso había determinado la puesta bajo custodia judicial de Patrice de Maistre, el gestor de la fortuna de Bettencourt, del fotógrafo François-Marie Banier, amigo íntimo de la anciana, y de su abogado, Fabrice Goguel.
Estos interrogatorios permitieron precisar las condiciones de contratación de Florence Woerth, esposa del ministro, por de Maistre y Le Monde facilitó informaciones al respecto en sus ediciones del 18 y el 19 de julio bajo el título "El principal colaborador de Liliane Bettencourt pone a Eric Woerth en dificultades".
La publicación de esta información, señala el rotativo, a varios días de la declaración de Woerth ante la Policía irritó especialmente al Elíseo, y según fuentes cuestionadas por Le Monde en la Dirección de la Policía y del espionaje francés, ordenó a ambos cuerpos poner fin a las filtraciones que habían conducido a la publicación de estos artículos.
Identificada la fuente
Los servicios de la Dirección Central de Inteligencia Interior (DCRI, a la sazón los servicios de contrainteligencia) fueron puestos a trabajar para determinar el perfil de la fuente unos 15 días antes de la declaración de Woerth, detalla el periódico, que desvela que entre las personas que se identificaron como filtradores potenciales se detuvo a un alto funcionario, David Senat, consejero penal de la ministra de Justicia, Michelle Alliot-Marie.
El teléfono del trabajo de Senat fue pinchado y las identidades de las personas que fueron contactadas por este miembro del aparato del estado fueron enviados al DCRI por un operador telefónico en forma de listado. Entonces apareció el nombre de Gerard Davet, periodista de Le Monde que publicó la información.
Identificada la fuente, David Senat fue convocado y se le comunicó que se le relevaba de las funciones y se le ofrecía a cambio una misión de procurador en el tribunal de apelaciones de Cayenne, en la Guyana francesa.
Para Le Monde, este relato de los hechos supone "claramente" una violación de la ley de protección de secretos de las fuentes de los periodistas, que considera que "no se puede atacar directa o indirectamente el secreto de las fuentes si un imperativo preponderante de interés público las justifica y su las medidas puestas en marcha son estrictamente necesarias y proporcionadas por el bien legítimo perseguido"