El Papa, ante la indiferencia y el rechazo británico
- Desde 1982 un Papa no viajaba a las Islas Británicas
- Se espera que mantenga un encuentro con víctimas de abusos
El decimoséptimo viaje de Benedicto XVI se presenta como uno de los más complejos. El Reino Unido le espera entre la indiferencia, la esperanza y el rechazo.
Con todo, desde el Vaticano se defiende que no será el viaje más difícil del Papa durante su pontificado, ya que consideran que los viajes a Turquía y Tierra Santa eran mucho más delicados a priori.
Desde 1982 no viajaba un Papa a las Islas Británicas. Entonces Juan Pablo II realizó un periplo en plena crisis de las Malvinas. Ahora el momento es más distendido aunque los casos de pederastia por parte de sacerdotes católicos, caldean el ambiente de la visita.
"Habrá un ambiente de penitencia y sacrificio"
No está en el programa oficial, pero el Papa Ratzinger se verá con un grupo de víctimas de abusos sexuales a quienes se ha garantizado el anonimato.
El viaje empieza con un hecho casi excepcional: el consorte de la reina, el Duque de Edimburgo, irá a recibir al Papa al aeropuerto. Ésta es una visita de estado aunque substancialmente no hay diferencia con otros viajes ya que el Papa siempre se hospeda en una Nunciatura y no es huésped del jefe del estado.
En Edimburgo, Ratzinger participará en una recepción con 400 personas que le ofrece la reina para salir raudo hacia Glasgow. En el Bellahouston Park de la ciudad tendrá lugar una de las ceremonias más multitudinarias del viaje.
Se esperan 100.000 personas, que harán su particular penitencia para participar en el acto: no se podrá llevar paraguas, habrá que llegar a pie al parque y, por lo menos 5 horas antes de la celebración eucarística y no habrá ningún lugar donde sentarse.
El cardenal Keith O'Brien, líder de la iglesia católica en Escocia dice a sus fieles que será un sacrificio pero que, "de cualquier manera, ir a ver al Papa no es como ir un día a relajarse ala playa. Es una cosa más seria y así los peregrinos se introducirán en el ambiente de penitencia y sacrificio".
Son sólo horas en Escocia porque todas las pernoctaciones se realizan en Londres. En la capital inglesa se encontrará con la sociedad del país, con los jóvenes y ancianos además de participar en la vigilia por la beatificación del cardenal Newman. Ha sido necesario pedir un permiso oficial para esta celebración ya que en Hyde Park está prohibida cualquier tipo de manifestación religiosa.
Los temas de la agenda papal
Será en Londres en día, lugar y hora sin especificar cuando se encuentre con un grupo de víctimas de abusos sexuales. También en la capital estrechará la mano de Jane Hedges, sacerdote anglicana y canónica de la Abadía de Westminister. En la Santa Sede se ha quitado importancia a este encuentro asegurando que mientras no haya una celebración litúrgica de por medio, el Papa no tiene inconveniente en departir con una mujer sacerdote, ni en compartir oración con ella. De hecho, ya lo hizo también el anterior pontífice durante una visita por Escandinavia.
Esta visita papal tiene un coste importante que ha hecho que la iglesia local cobre por participar en los actos del pontífice. El Vaticano asegura que el Papa es sólo el invitado y que cada iglesia local se organiza como cree más conveniente para cubrir sus expectativas del viaje.
El Papa alemán participará también en una oración por la paz con la que se recordará a los caídos en la "batalla de Inglaterra", término con el que se recuerda a las víctimas de los bombardeos nazis de hace 70 años.
Otro de los aspectos curiosos del viaje es que Benedicto XVI acude a Inglaterra a beatificar a un cardenal converso del catolicismo como es John Henry Newman. En este caso, parece superado cualquier intento de buscar polémica. En la ceremonia de beatificación se utilizará el latín aunque siempre dentro del rito post conciliar.
Después de 4 intensos días en el Reino Unido, el avión papal aterrizará en Roma a las diez de la noche del próximo domingo.