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Los programas de protección de tigres los desprotegen

  • Grupos conservacionistas piden programas de conservación más precisos
  • La población de tigres se ha reducido un 97% durante el último siglo
  • Quedan poco más de 3.000 ejemplares en libertad en todo el mundo

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Los tigres de Bengala son la subespecie más protegida de estos animales
Los tigres de Bengala son la subespecie más protegida de estos animales

Los programas de conservación demasiado ambiciosos pueden perjudicar el futuro de los tigres, porque en vez de protegerlos, se desvían recursos hacia áreas demasiado grandes y se descuida su protección.

Así lo asegura un estudio de diferentes grupos medio ambientales difundido hoy miércoles en Yakarta. Según los conservacionistas quedan unos 3.200 tigres en libertad en su hábitat natural, y sólo un tercio de estos ejemplares (1.000), son hembras reproductoras.

"La prioridad es centrarse en estas hembras, sobre todo en las que ya tienen cachorros, porque si no se hace así, su destino será desaparecer", recoge el estudio.

Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la población de tigres ha descendido desde unos 100.000 ejemplares hace un siglo hasta 5.000 en 1998, y menos de 3.200 en la actualidad, a pesar del dinero invertido en su conservación.

Con semejantes datos, advierten los expertos, los tigres están abocados a extinguirse si los planes de conservación no cambian para poder adecuarse a sus necesidades. Y para ello, tendrían que concentrarse en áreas mucho más pequeñas, más precisas, donde viven los tigres.

Áreas claves para protegerlos

En el estudio se han identificado 42 áreas claves para proteger a los tigres. 18 en la India -donde habita el mayor número de grandes felinos-, 8 en Indonesia y 6 en el extremo oriental de Rusia. El resto están repartidos en diferentes partes del sur y suroeste de Asia.

"El objetivo a largo plazo es conservar una red por todo Asia de paisajes grandes donde los tigres puedan prosperar", afirma Nigel Leader-Williams, de la Universidad de Cambridge, uno de los científicos que ha participado en el estudio.

El coste de estos programas para mantener a los tigres en su hábitat natural asciende a más de 60 millones de euros anualmente, aunque según los conservacionistas, no se recibe ni la mitad, lo que pone en riesgo la viabilidad de estos planes.