La oposición iraní denuncia el asalto a la sede de Mousaví por parte del ejército
- Aseguran que se han encautado de todos sus ordenadores
- Además, denuncian que la represión es constante
La web oficial del líder de la oposición iraní, Hossein Musaví, ha denunciado este jueves que las fuerzas de seguridad han atacado su sede y se han encautado de todos sus ordenadores.
Musavi, que perdió las elecciones frente al actual presidente, Mahmoud Ahmadinejad, el pasado junio de 2009 ha encabezado desde entonces el llamado movimiento reformista "verde" y se ha encargado de denunciar este tipo de acciones.
Lucha por las libertades
Tanto Musavi como la que es la otra figura de la oposición, Mehdi Karroubí, aseguran que aquellas elecciones presidenciales fueron manipuladas para asegurar la reelección de Ahmadinejad, una acusación que las autoridades niegan.
A las votaciones le siguieron unas multitudinarias protestas en la calle que generaron una fuerte represión. Todo ello ha llegado a ser calificado como los peores disturbios desde la fundación de la república islámica en 1979.
Pero, a pesar de los intentos de las autoridades, lo cierto es que la situación no ha mejorado y la tensión sigue en el país, que no renuncia a pedir sus libertades, al menos de expresión.
Prueba de ello es que a principios de este mes, varios miembros la oposición denunciaron que la milicia Basij, leales al líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, había roto ventanas y las cámaras de seguridad de la casa de Karroubí, hiriendo, además, a uno de sus guardaespaldas.
A pesar de esta constante represión, Mousavi reitera una y otra vez que el movimiento reformista está vivo, pero que la campaña parece estar atenuándose a medida que muchos iraníes sienten que no tienen libertad tras que al menos una docena de publicaciones en favor de la reforma y la mayoría de los sitios de la oposición hayan sido bloqueadas desde las elecciones, lo que hace que sea difícil para los líderes de la oposición para comunicarse con el público.
La situación interna en Irán
Una prueba de esa falta de libertades es, además, los hechos que tuvierno lugar durante el aniversario de aquellas protestas de junio de 2009. En ellas Karrobí aseguró que su hijo había sido "detenido y torturado severamente".
Y, según denunció entonces, el gobierno de Ahmadinejad les califica, a él y otros opositores, "líderes de la insurgencia" y "títeres occidentales". Algo que asegura, no importarle ya que "la revolución verde no ha muerto".
"Ahora no es posible salir masivamente a la calle pero tampoco es necesario porque aquel movimiento lanzó un mensaje al mundo de lo que estaba pasando en Irán. Ahora saben cuál es el problema y qué es lo que la oposición está buscando", sentenciaba entonces el opositor iraní.