"The Promise", el retrato de un jovencísimo Bruce Springsteen que quería dejar su huella en el rock
- RTVE.es asistió en Toronto a la presentación mundial del documental "The Promise: The Making of 'Darkness on the Edge of Town'
- En él se retrata la dura gestación de "Darkness on the Edge of Town"
- Construido con imágenes inéditas grabadas hace 30 años, muestra a un jovencísimo Springsteen obsesionado por la creación musical
- También escuchamos parte de los temas que Bruce publicará en noviembre
- Grabados en 1977-78, recuperan el espíritu musical de sus primeros discos
"He visto el futuro del rock & roll y su nombre es Bruce Springsteen". Con esas palabras, unas de las más famosas de la historia de la música, resumió Jon Landau, actual productor y mánager del cantante de New Jersey, las electrizantes sensaciones que le transmitieron Springsteen y su banda la primera vez que pudo escucharlos en directo, en 1975.
Treinta y cinco años después, un revelador documental, "The Promise: The Darkness on the Edge of Town Story", permite a los fans del cantante viajar hacia atrás en el tiempo, a 1978, una época muy cercana a la descrita por Landau, para revivir la gestación de "Darkness on the Edge of Town" y vislumbrar el porqué del profético entusiasmo del entonces crítico por una banda de veinteañeros desarrapados que apenas habían salido de New Jersey.
Dirigido por Thom Zimni, "The Promise" reconstruye, a partir de las cintas de vídeo de Barry Rebo, un amigo de aquella época que campaba con su cámara a sus anchas por el estudio de Springsteen y la E Street Band, los durísimos meses de ensayos que darían lugar a uno de los discos seminales de banda más famosa de New Jersey.
El documental se estrenó mundialmente, con la presencia de RTVE.es, en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF).
Fragmento del documental "The Promise: The Making of 'Darkness on the Edge of Town'
Un tesoro oculto durante 30 años
El material de Barry Rebo, un tesoro documental que difícilmente habría podido permanecer a resguardo en la época de Youtube y las redes sociales, ya sirvió hace unos años para rodar "Wings for Wheels", un documento de espíritu similar aparecido con ocasión del treinta aniversario de la publicación de "Born to Run".
Las imágenes que pueden verse en "The Promise" permanecieron guardadas en un cajón durante tres décadas. El propio Bruce reconoció en Toronto haber olvidado su existencia hasta que hace diez años tuvo ocasión de reencontrarse con ellas.
Con "The Promise" Zinni rescata finalmente ese material para el gran público, proporcionándole una coherencia narrativa y mezclándolo con los recuerdos que de aquella época conservan hoy los miembros de la E Street Band.
Las imágenes que desfilan por la pantalla muestran a un Springsteen insultantemente joven (en aquellos tiempos Bruce tenía 27 años, pero su aspecto enjuto y desaliñado le hacía parecer casi adolescente), de meticulosidad exasperante y con la obstinada obsesión del artista que se sabe destinado a algo grande pero que no termina de encontrar el camino.
El porqué de la "oscuridad"
Cuando meses antes, en junio de 1977, él y su banda entraron a grabar en los estudios de Nueva York, el cantante se encontraba en una difícil encrucijada.
Llevaba dos años sin pisar un estudio debido a una encarnizada pelea legal con su primer mánager, Mike Appel (que también aparece en varios momentos del documental, como ya lo hiciera en "Wings for Wheels", en lo que pudiera ser un atisbo de reconciliación); además, el gran éxito de su tercer disco, "Born to Run", le obligaba a reinventarse y a buscar nuevas vías artísticas.
A esta inquietud del propio Bruce, que temía el precio que la fama pudiera cobrarse en su integridad artística, se añadían otros factores que también hablaban de vientos de cambio y que quizás podrían explicar -como confesó al cantante a Edward Norton en el cara a cara que ambos mantuvieron en la sección "Mavericks" previa a la proyección del documental- esa inmersión en la "oscuridad" y la desesperanza que recorre gran parte de las canciones del disco: el auge del movimiento punk en el Reino Unido, que exigía sonidos más fuertes, la recesión en la que estaba sumida EE UU durante esos años del gobierno de Carter, y el hecho de que el disco se grabara pocos años después del final de la guerra del Vietnam.
El estudio, su segunda casa
Con todo eso en la maleta, Bruce y su banda, como revelan las imágenes en sepia de "The Promise" y los testimonios que desde el presente también aportan el propio Springsteen y los miembros de la E Street Band, se embarcaron en un año de frenéticos ensayos.
El cantante escribía y escribía sin parar en su cuaderno de anillas -uno de los grandes secundarios del documental-, desechando después de semanas de ensayos canciones que para él "no eran fiel reflejo de aquellos tiempos", probando una y otra vez nuevos arreglos, "buscando el sonido del millón de dólares" -como se lee en uno de los versos de "The Promise", una de las nuevas canciones que verán la luz en noviembre y que también da nombre al documental- y arrastrando con voluntad mesiánica a unos músicos exhaustos que bostezaban tirados en las esquinas implorando clemencia.
Un compositor muy prolífico
Mes a mes, Springsteen fue "cincelando una gran roca" inicialmente formada por unas cuarenta canciones. El proceso sufrió tantos quiebros y requiebros, como narra el documental, que, como dice en él uno de los miembros de la banda, "empezamos a pensar que algo estábamos haciendo mal, que no sabíamos grabar".
Incluso la portada del disco, con ese aspecto aparentemente descuidado y un Bruce que en la foto guarda evidentes paralelismos, aunque en versión menos bohemia y más salvaje, con el Dustin Hoffman del cartel de "El Graduado", fue férreamente supervisada por el Springsteen.
Las diez canciones que finalmente se publicaron en el disco abundaban en algunos de los temas sobre los que ha recaído una y otra vez durante su carrera -como la compleja relación con su padre, que se deja entrever en "Adam raised a Cain"-, pero también mostraban una mayor amplitud de miras.
Bruce quería, como afirmó en Toronto, escapar a esa visión excesivamente localista de sus anteriores discos, ampliar la geografía que dibujan sus letras para abarcar "el paisaje del país entero".
Todo ellos sin renunciar por ello a sus raíces, firmemente hundidas en la clase trabajadora, y a su especial conexión con New Jersey, un lugar que estaba en la base de su esencia musical.
Antes de la presentación del documental, Springsteen fue entrevistado por el actor Edward Norton.
Fuente: George Pimentel/Getty Images
Un viaje en coche al Oeste de Estados Unidos con Steve Van Zandt le sugirió por ejemplo el nombre de la carretera con la que arranca "The Promised Land".
"Darkness" bebe también de multitud de referencias cinematográficas, como admitió Bruce a preguntas de Edward Norton. Eran los tiempos de "Taxi Driver" y "Malas Calles" -el propio Scorsese les organizó a Bruce y a la banda un pase privado en un viaje a Los Ángeles-, películas también oscuras que dibujaban un retrato más ambicioso y pesimista de lo que sucedía en aquellos tiempos en EE UU.
La excelencia artística ante todo
El documental de Zinni, hoy en día casi un miembro más de la E Street Band después de modelar el lenguaje audiovisual de la banda durante una década, recorre todo este proceso turbulento y accidentado.
El retrato que emerge de Springsteen es el de alguien que, siguiendo la estela de Bob Dylan -al que ya admiraba desde que a los 15 años escuchó "Highway 61"-, está empeñado en la grandeza artística por encima de todo. "Yo no quería ser rico, no .... yo... quería ser grande", afirma Springsteen en una escena de un documento que debería ser de obligada visión para sus fans pero también para los grupos que empiezan y para todos aquellos que se plantean perseguir una vocación artística.
“"Yo no quería ser rico, no .... yo... quería ser grande"“
Afortunadamente, esa voracidad y desmedida ambición creadora que deja entrever Bruce en el documental -"no éramos modestos"- no ha modificado su carácter accesible y cercano ni rebajado tampoco la honestidad con la que se plantea la relación con sus fans.
Esto explica el entusiasmo que despertó su presencia en una Toronto repleta de estrellas de cine y la razón de su vigencia casi cuatro décadas después de que cogiera una Gibson por primera vez.
Porque, además del retrato del artista volcado en su obra, las imágenes de Zimni muestran a un grupo de amigos genuinamente unidos por la música, especialmente en lo que respecta a Bruce y a Steve Van Zandt, éste último siempre presto a rebajar la tensión de los ensayos con algunas dosis de humor.
Ambos protagonizan algunas de las mejores escenas del documental, como esa alocada versión a dúo de "Sherry Darling", uno de los temas descartados en 1978 que luego encontraría acomodo en "The River".
Nueva grabación de "Darkness"
"The Promise", el trabajo audiovisual de Zinni, que pudo verse por primera vez el 7 de octubre en televisión la HBO estadounidense, se enmarca dentro de un proyecto musical de mayor calado, el lanzamiento el 16 de noviembre en todo el mundo de una edición especial de "Darkness on the Edge of Town".
Cartel del documental "The Promise", estrenado este martes en Toronto.
En esa edición, cuyo detalle al completo puede verse en la página de la discográfica, podrán encontrarse otras cuatro horas y media de vídeo (el paquete más completo incluye 3 CD + 3 DVD), incluido un concierto pirata grabado en diciembre de 1978 en Houston, Texas, y una nueva grabación en vídeo de "Darkness on the Edge of Town".
Ésta última, de la que pudimos ver algunos minutos en Toronto, se grabó sin público en el teatro Paramount de Ausbury Park, y responde a un deseo personal de Springsteen, que quiso volver a tocar el disco entero desde una óptica contemporánea.
Canciones de los años 1977-78
Más allá incluso del documental y del abundante contenido de nuevo vídeo, por lo que también había expectación entre los medios asistieron al estreno en Toronto era por poder escuchar al menos algunas de las 21 nuevas canciones que se lanzarán en el mes de noviembre. Éstas se podrán adquirir conjuntamente con los DVDs de vídeo y la versión remasterizada de "Darkness...", o bien separadamente en un doble CD.
La duda era saber si resistirían esas canciones (algunas versiones de temas clásicos y otras inéditas), grabadas en 1977-78, la comparación con esos diez temas minuciosamente trabajados de "Darkness on the Edge of Town" y si se trataba de un disco compuesto de descartes o canciones de relleno o, por el contrario, un trabajo con entidad propia.
El documental de Zinni daba algunas pistas esperanzadoras al mostrarnos la curiosa forma de trabajar de un prolífico Springsteen, que eliminaba canciones no porque no estuvieran terminadas o porque no fueran del gusto de la banda, sino porque no se ajustaban a esa coherencia global que buscaba desesperadamente para 'Darkness on the Edge of Town".
Fue Jon Landau, mánager del 'Boss', quien despejó cualquier duda organizando una preescucha del disco para directivos de Sony Music y para algunos medios acreditados. A ella también asistieron Springsteen -con sus sempiternas botas vaqueras y camisa remangada- y su mujer Patti Scialfa, ocultos en una de las últimas filas del desvencijado cine, mucho más acorde con el Ausbury Park del 'Boss' que con el frío edificio del TIFF en el se proyectó el documental de Thom Zimni.
Allí, hundidos en la butacas y en medio de una oscuridad y un silencio totales, los asistentes pudimos escuchar un puñado de los nuevos temas, empezando por una emocionantísima nueva versión de ese himno a los sueños rotos que es "Racing in the Street" y continuando por algunas de las canciones inéditas, como "Someday (We'll be together)", "Aint' Good Enough For You", y "Talk To Me", y otras que sí se conocían en sus versiones inacabadas, como "The Promise" o "Come On (Let's Go Tonight)".
Algunas forman parte de ese corpus de canciones que Springsteen calificó risueñamente en Toronto como de "amor" (y que generalmente suelen hablar de relaciones que se anhelan o fracasan estrepitosamente) y que se cayeron de la lista de "Darkness..." por su tono excesivamente optimista.
Vuelta a los orígenes
En la preescucha el 'Boss' hizo hincapié en que muchas de las canciones que ahora se publican apenas han sido retocadas, y que aquellas a las que hubo que añadir algo fueron tratadas de la misma forma que si ahora volviera a tener el pelo ensortijado y tocara descamisado junto al resto de miembros de la banda.
“ El disco que Bruce tendría que haber publicado entre "Born to Run" y "Darkness on the Edge of Town"“
Landau, por su parte, describió el nuevo disco "como el que Bruce tendría que haber publicado entre 'Born To Run' y 'Darkness...', aunque, musicalmente, y después de lo escuchado, se sitúe seguramente más próximo a "The River".
En cualquier caso, en lo que ambos tiene razón es en que los nuevos temas recuerdan melódicamente a los discos anteriores a "Born in the USA", y reconciliarán seguramente a ese gran trovador con aquellos fans que sienten que su música se ha dulcificado en exceso en sus últimos trabajos.
Quienes por el contrario hayan llegado más recientemente a su música, descubrirán en los nuevos discos y en el documental de Zinni a un Bruce distinto, con un perfil más rockero. Entonces comprenderán que la conversión de John Landau, "caído del caballo" a golpe de guitarra en 1975, le podría haber pasado a cualquiera.