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Los murciélagos que susurran a las polillas

  • Los murciélagos emiten sonidos para situar a presas en la oscuridad
  • Las pollillas han desarrollado un oído sensible que los detecta y escapan
  • Para evitar que huyan, los murciélagos han bajado el volumen de su 'lenguaje'

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El murciélago 'Barbastella' (Barbastella barbastellus) en pleno vuelo
El murciélago 'Barbastella' (Barbastella barbastellus) en pleno vuelo

El murcielago 'Barbastella' susurra a las polillas, su fuente principal de alimentos. No lo hace para que concilien el sueño, sino para 'engañarlas' y que no se percaten de su presencia.

Estos murciélagos, según publica 'National Geographic', han 'bajado su voz', para que las polillas no los detecten, lo que les permite lanzarse en picado a por sus presas.

Emiten sonidos que les ayudan a ver y a orientarse en la oscuridad. Esos 'clicks' rebotan en la superficie y les sirven para interpretar los ecos que generan los objetos a su alrededor y, por tanto, situar a sus presas, (un fenómeno conocido como ecolocalización).

La carrera armamentista de la evolución

Pero las polillas han desarrollado un oído sensible, capaz de detectar esos sonidos, y se escapan. Incluso, algunas especies, como las polillas tigre, usan un chasquido ultrasónico que 'bloquea' el sistema de ecolocalización de sus cazadores.

Para contratacar este mecanismo de defensa, el murciélago 'Barbastella', ha desarrollado su 'propia estrategia' que burla el mecanismo de defensa de las polillas. Es la lucha por la supervivencia, un proceso evolutivo que en biología se conoce como 'carrera armamentista'

Susurran mientras cazan para que no los detecten, y han logrado que sus 'clicks' sean hasta 100 veces más silenciosos que los de otros murciélagos.

"Es algo insólito en la naturaleza", precisa Holger Goerlitz, responsable principal del estudio y biólogo de la Universidad de Bristol en el Reino Unido.

Es muy raro que el depredador vaya ganando la carrera

"La evolución presiona positivamente a las presas, que descubren hábitos para protegerse contra sus depredadores", señala Goerlitz, "por lo que es muy raro encontrar casos en la naturaleza en los que el depredador va ganando esta batalla".