Las agencias de calificación de riesgos otorgan la máxima nota posible al fondo de rescate europeo
- Mejoran las condiciones gracias a las garantías del fondo
- El mayor riesgo sería una rebaja de la nota en los países con AAA
Las agencias de calificación
La nomenclatura varía de una agencia a otra, aunque coinciden en que la triple AAA es el símbolo de los mejores productos, aquellos con los que el inversor tiene la plena seguridad de que recuperará su inversión.
Si las agencias consideran que hay riesgo de que el emisor no pague, la nota se rebaja: AA, A, BBB, BB, B, CCC... hasta la D (con múltiples escalones intermedios, indicados por los símbolos + y -). El límite crítico lo marca la nota BBB: por debajo de esa nota, se considera que se trata de un producto especulativo, es decir, bonos basura.
Las agencias de calificación crediticia Standard & Poor's, Fitch y Moody's han asignado de forma provisional la máxima nota posible, 'AAA', 'Aaa' y 'AAA', respectivamente, a la denominada 'Facilidad Europea de Estabilidad Financiera' (FEEF), la parte europea del fondo de rescate aprobado junto al FMI para ayudar a las economías de la zona euro en dificultades, según han informado las agencias en sendos comunicado.
Por su parte, la FEEF ha manifestado su satisfación de "obtener la máxima calificación por parte de todas las agencias", según ha declarado en una nota el máximo responsable de la entidad, el alemán Klaus Regling.
"Es una clara confirmación de que la FEEF puede desempeñar su papel y ser una de las piedras angulares de la estrategia europea dirigida a mantener la estabilidad en el mercado de la deuda soberana de los países de la Eurozona", ha añadido Regling.
La misión temporal de la FEEF es prestar financiación a aquellos estados de la zona euro que pudieran ver cerrado el acceso normal al mercado de deuda, como le sucedió a Grecia a principios de año. Para ello, la facilidad financiera emitirá, llegado el caso, bonos y otros instrumentos de deuda con el fin de recaudar capital con el que conceder préstamos, a tipos de interés abordables, a los países que lo soliciten formalmente.
Muchas garantías y leves riesgos
Fitch ha apuntado que la calificación 'AAA' se basa en las mejores condiciones gracias al "exceso de garantías", que mitiga parcialmente el riesgo de impago, y por el nivel de las reservas de efectivo, que será suficiente para realizar los pagos necesarios en caso de incumplimiento de algún prestatario.
Además, la agencia ha señalado que se trata que un programa capaz de hacer frente a la potencial quiebra de los prestatarios o al caso "improbable" de que alguno de los países, que no tiene calificación 'AAA', no pueda mantener su respaldo al programa.
El vicepresidente y analista senior del grupo de deuda soberana de Moody's, Dietmar Hornung, ha destacado que cada emisión de deuda está respaldada por la promesa de pagar por parte del prestatario, así como por las garantías y el efectivo suficiente que permitirían cubrir los gastos en caso de que el préstamo no se abonara.
Sin embargo, ambas agencias han advertido de que también existen riesgos que podrían afectar negativamente a la solvencia del programa, como un potencial deterioro de la solvencia de los Estados participantes de la eurozona o un cambio en los ratings de los países con triple A que contribuyen al fondo, como Alemania, Francia y Holanda.
Además, avisa de que un menor compromiso de los estados miembros de la zona euro podría tener consecuencias en los ratings.
Un fondo de "condiciones estrictas"
Los ministros de Economía de la zona euro aprobaron el pasado junio el fondo de rescate dotado con hasta 750.000 millones de euros para los próximos tres años propuesto el 9 de mayo.
En concreto, el Eurogrupo aprobó el instrumento de 440.000 millones de euros en forma de garantías de los países de la eurozona, con las que se recaudarán fondos en los mercados para prestárselos a los países con dificultades para refinanciar su deuda, imponiendo condiciones "estrictas".
Además de estas garantías bilaterales, el fondo de rescate incluye un tramo de 60.000 millones de euros del presupuesto de la UE, que será el primero que se use en caso de necesidad, y una contribución de 250.000 millones de euros del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La denominada Facilidad Europea de Estabilidad Financiera se regirá por la legislación luxemburguesa y sus accionistas serán todos los países de la eurozona. El Banco Europeo de Inversiones (BEI) actuará como prestador de servicios y apoyo administrativo. Cualquier país que quiera utilizar este fondo deberá someterse a un programa de ajuste fiscal similar al que se ha impuesto a Grecia.