Lemoniez cierra la tercera jornada de la Cibeles Fashion Week
- La variedad de estilos conforma una jornada ecléctica
TCN mezcla todos los estilos para sus prendas de baño. Destacan los minibiquinis, las braguitas con volantes infantiles y los bañadores con escotes halter, palabra de honor, con pliegues y drapeados y coquetos estampados vichy y liberty. Los coplementos se hacen imprescindibles y los pantalones juegan con el largo: piratas, bombachos y shorts en talla XS. Totom Comella, que celebra con éxito sus primeros 25 años en la moda , propone para la noche la pieza más vista hasta ahora en la pasarela: el mono.
Ni rastro de "la arruga es bella"de Adolfo Domínguez. El gallego plancha su propuesta y hace un salto en el tiempo para rescatar aires sofisticados de los 50 y 60 con los que viste a una mujer rompedora y elegante. Zarpazos transparentes, y estampados florales crean un efecto 3D. Los vestidos, asimétricos y deconstruidos, se lucen por la espalda donde vemos escotes vertiginosos y juegos de líneas.
Zapatos en corcho, piel y madera, destacan sobre los azules de la casa. Para la noche tejidos líquidos con paillettes en verde agua, coral y oro. Su colección masculina se tiñe de marinos, antracita, petróleo y piedra pómez. Cómodo, a veces austero, su hombre huye de la estridencia mezclando un look ¿marinero sin rayas¿ y un casual entre el chándal y el pijama. Ovación para Domínguez y para Jon Kortajarena, que levantó pasiones desde la pasarela.
Sita Murt también apuesta por el mono como pieza clave de su colección y comparte con sus camaradas la pasión por el gris y el blanco. El punto, su fuerte, se enreda formando tops, vestidos y culottes con distintas terminaciones, siempre sensuales y siempre diferentes.
Cierre de Lemoniez
Hace tiempo que Victorio&lucchino se alejaron del camino que les otorgó fama y aplausos para seguir una senda distinta, sofisticada, italiana, de revista. Exótica y juvenil, su propuesta lía colores chillones con estampados tropicales, cortes limpios masculinos con vestidos saco femeninos de aspecto descuidado y juegos de tirantes y estampados lineales con tonos en cascada degradé. Sin alma, pero con brío. Se agradecen sus flecos y sus volantes, aunque los disfracen de un chic que no tiene acento.
Agatha Ruiz de la Prada insiste para no tropezar. Exagera los volúmenes, enfatiza las siluetas y desgasta los colores hasta saturar los tejidos con tonos canica, helado de fruta exótica y rayo laser. Cinturas y mangas lucen anillos como los de saturno, y las maxi lentejuelas se pelean con vaqueros desgastados con retales pop. De infarto el vestido de bolas que Agatha se puso para salir a saludar.
Las colecciones de Lemoniez respiran costura, y ésta en especial. Teja, camel, azul noche, naranja intenso, verde jardín y chocolate se desprenden de su aire otoñal para colorear una primavera envolvente y sensual. Destacan sus bermudas y las túnicas salvajes domesticadas a golpe de cinturón. Las siluetas, estudiadas y definidas, revelan una película de los felices 20 que se vuelve grácil y femenina gracias a los coquetos estampados de topos y a los pícaros detalles de plumas.