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Ángel Schlesser fusiona comodidad con feminidad

  • Los vestidos están diseñados con una gran profusión de colores apagados
  • Son cortes clásicos que ofrecen un aspecto renovado

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Ángel Schlesser en Cibeles Madrid Fashion Week 2010

Angel Schlesser presenta su colección primavera- verano para 2011 en la quinta jornada de la Cibeles Madrid Fashion Week. El diseñador lo tiene claro: dota a la mujer de sencillez pero sin renunciar a la silueta femenina. Líneas simples y con formas ligeramente redondeadas se alían con moderados volúmenes en un repertorio que explora el minimalismo.

Los vestidos para el día mantienen una línea que, sin ser estrecha, se ciñe a la figura de la mujer. Los vestidos están diseñados con una gran profusión de colores apagados: rojo óxido, marfil sucio, blancos y ocres.

Son cortes clásicos que ofrecen un aspecto renovado. Las siluetas son sencillas pero elaboradas, que buscan en la pureza su razón de ser. En los discretos detalles como las texturas, el oro o los remates vivos encuentra el diseñador su mejor herramienta de persuasión.

El contraste se transforma en excusa, y arbitra unos diseños que abogan por una austeridad muy femenina.

Explora nuevas facetas

Los tejidos adquieren vocación de servir a una mujer elegante, con propuestas que dibujan el cuerpo sin marcarlo. Así, nos encontramos con que el georgette o la seda se combinan con los acabados muy naturales, casi rudos, de la arpillera o el cuero.

La napa introduce un punto diferenciador en una propuesta que hace del blanco, el negro y el naranja su paleta dominante.

La sastrería de Angel Schlesser explora una nueva faceta, declinada con ánimo de novedad, como por ejemplo en las chaquetas de esmoquin en azul turquesa, o en los trajes pantalón con estampado de pitón.

La colección ha sido una buena excusa para revisar los diseños clásicos con rigor, pero desde una novedosa estética de corte purista y con un lenguaje contemporáneo.

Las propuestas para el cóctel y la noche de Schlesser se decantan por la vertiente artesanal, a imitación del crochet, sobre delicados tops de seda y encaje.

Una sofisticada serie consagrada a la estética de los setenta, con escotes en lágrima, en v y de palabra de honor. Todo ello con una moderada ornamentación, con las lentejuelas como único guiño al exceso.