El acusado del doble crimen de Vigo pide perdón pero insiste en que actuó "muy asustado"
- Fiscalía y acusación piden 60 años por el asesinato de la pareja de gays
- La defensa pide la absolución de Piñeiro, que ya fue absuelto en un primer juicio
El acusado de matar a dos homosexuales en Vigo pide "perdón" y mantiene que actuó "muy asustado" Las acusaciones destacan sus "mentiras" y desmontan los argumentos para las atenuantes de intoxicación, miedo y legítima defensa
Jacobo Piñeiro Rial, acusado del doble crimen de la calle Oporto de Vigo, ha pedido "perdón" este miércoles en la última sesión del juicio que se sigue contra él en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra. Además ha admitido que "pasó lo que pasó" porque actuó estando "muy asustado".
Piñeiro Rial ha hecho uso de su derecho a la última palabra para reiterar que acuchilló a Isaac Pérez Triviño y a Julio Anderson Luciano "por miedo".
Ha intentado justificar así sus contradicciones durante el juicio y ha lamentado que los testigos lo hayan hecho pasar por un "chulo". Al mismo tiempo ha insistido en que estaba "muy asustado" y que, incluso, después de matar a los dos jóvenes, cogió todos los cuchillos de un cajón de la cocina y estuvo "dando vueltas por el piso sin saber qué hacer".
El acusado finalizó su alegato pidiendo "perdón" a su familia y a su hijo, además de a la madre de Isaac, aunque en ningún momento se dirigió a ella. No obstante reconoció esa petición de perdón "no soluciona nada" y que "lo justo no hubiera sido ese resultado".
Por su parte, la madre de uno de los homosexuales asesinados rechaza el perdón y dice que no cree en el "arrepentimiento" del acusado, al que ha definido como una persona fría. Asimismo, ha criticado que la intervención del acusado y sus justificaciones son una "pantomima", ya que sigue alegando atenuantes como el "miedo insuperable".
La defensa dice que no hay pruebas
Su abogado defensor ha intentado demostrar ante el jurado que "todo son conjeturas" y que "no se han podido demostrar los hechos" tal y como mantienen las acusaciones.
"Las conjeturas no son pruebas, y la falta de pruebas impide una condena", ha asegurado y ha apuntado que "tan verídica puede ser la versión de la acusación y la Fiscalía, como la de Jacobo", ya que es la única persona que sabe lo que realmente pasó en ese piso.
El letrado de la defensa ha mantenido como ejes de su estrategia las atenuantes de intoxicación, miedo insuperable y legítima defensa. En este sentido ha explicado que Piñeiro "se volvió loco creyendo que lo iban a atacar" y que tuvo una "pérdida pasajera de su capacidad para razonar", que le llevó a "reaccionar descontroladamente".
De hecho, el abogado ha justificado que el ensañamiento de los crímenes (57 puñaladas en total) porque Jacobo, "en el paroxismo de su terror, se extralimitó en sus acciones".
Asimismo, este letrado ha recordado que el acusado ya ha cumplido 4 años de prisión preventiva y que ha sido sometido a un "juicio paralelo".
La acusación destaca las mentiras del acusado
La Fiscalía, por su parte, ha hecho hincapié, en las pruebas testificales y periciales que desmontan los argumentos de la defensa para pedir la aplicación de circunstancias atenuantes.
Así, ha resaltado el "ensañamiento" de Jacobo con sus víctimas, a las que atacó en dos momentos distintos, cuando estaban "indefensos" y de una forma "desproporcionada". Además ha recordado que Piñeiro no acudió a la Policía.
Del mismo modo, se ha referido a la versión del acusado como una "vorágine de mentiras", y ha recordado que los forenses rechazaron la posibilidad de que el acusado actuase bajo los efectos del alcohol y la cocaína.
También ha precisado que Piñeiro "mintió" sobre sus relaciones sexuales con hombres porque "si reconoce que las mantiene, su historia de la violación se va al traste".
De hecho, la acusación particular ha puntualizado que ésta es "la gran mentira" del acusado, porque Piñeiro alega que "dos gays intentaron violarle y tuvo que defenderse", cuando había mantenido relaciones consentidas con uno de ellos durante toda la tarde.
El abogado de la acusación ha llamado la atención del jurado sobre la "frialdad" de Piñeiro cuando, en la sesión del juicio de este martes, estuvo "a escaso medio metro" de las imágenes de los fallecidos y de la escena del crimen y "no movió ni una ceja".
La Fiscalía pide para Piñeiro 60 años de cárcel por dos delitos de asesinato y uno de incendio con agravantes; mientras que la acusación particular pide la misma pena, más 18 meses de prisión por un delito de hurto, al llevarse el acusado una maleta con "todos los objetos de valor" de la casa. La defensa pide la absolución.
El juicio ha finalizado este miércoles y el jurado, tras recibir las instrucciones pertinentes, quedará encerrado para deliberar y responder a las preguntas que conforman el objeto de veredicto.
Este caso ya fue juzgado con anterioridad y otro tribunal popular absolvió a Piñeiro de los asesinatos. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia anuló la sentencia y ordenó una nueva vista.