86 años de cárcel para una pakistaní que intentó matar a varios soldados y agentes del FBI
- Intentó asesinarlos durante un interrogatorio
- Fue detenida por su posible vínculo con Al Qaeda
La científica pakistaní Aafia Siddiqui ha sido condenada este jueves por un tribunal federal de Nueva York a 86 años de prisión, por haber intentado matar a soldados estadounidenses y agentes del FBI mientras era sometida a un interrogatorio en Afganistán.
El juicio a Siddiqui, de 38 años y residente en Estados Unidos entre 1991 y 2002, se inició a mediados del pasado enero en Manhattan después de que, durante un interrogatorio realizado en 2008 en Afganistán, se apropiara del arma de un militar y disparara al grupo que la interrogaba, al tiempo que expresaba su deseo de matar estadounidenses.
Posibles conexiones con Al Qaeda
Ese altercado, en el que no consiguió herir a nadie, conllevó el inmediato traslado de Siddiqui a Estados Unidos, y en febrero un jurado de Nueva York la declaró culpable de un total de siete delitos relacionados con el intento de asesinato y asalto a mano armada.
"Este veredicto viene de Israel y no de Estados Unidos. De ahí es de donde viene la ira. Puedo testificar sobre ello y tengo pruebas que lo corroboran", aseguró en su día la científica al jurado cuando el portavoz de éste la halló culpable, tras un juicio que duró dos semanas y en el que llegó a ser expulsada de la sala por mala conducta en varias ocasiones.
La científica fue detenida en Afganistán el 17 de julio de 2008 en una investigación sobre sus posibles conexiones con la red terrorista Al Qaeda y, un día después, fue sometida al interrogatorio de una delegación de militares y policías estadounidenses durante el que ocurrieron los hechos.
Ante los disparos de Siddiqui -que tiene estudios de biología y neurología en el Instituto de Tecnología de Massachusetts-, los estadounidenses abrieron fuego contra ella, por lo que tuvo que ser atendida en un hospital militar.
Confusión sobre sus intenciones
En el momento de su detención, Siddiqui llevaba consigo una serie de manuscritos en los que se detallaban distintos lugares de Nueva York, como el puente de Brooklyn o la Estatua de la Libertad, como supuestos objetivos terroristas, además de instrucciones sobre cómo manipular varios elementos químicos y armas biológicas.
Este caso ha provocado protestas entre algunos grupos de defensa de los derechos humanos, que han reclamado para ella una sentencia benévola, frente a la cadena perpetua que pedía la Fiscalía de Nueva York. Sus abogados proponían una condena de doce años de prisión.