La nave Soyuz llega a la Tierra con un día de retraso
- Su retraso de un día rompe con la estadítica actual de maniobras de regreso
- La nave rusa tuvo que abortar el primer intento de desatraque
La cápsula de descenso de la nave Soyuz TMA-18, con los rusos Alexandr Skvortsov y Mijaíl Kornienko y la estadounidense Tracy Caldwell-Dyson a bordo, ha aterrizado este sábado sin contratiempos en las estepas de Kazajistán, informó el Centro del Control de Vuelos (CCVE) de Rusia.
"El aterrizaje transcurrió de acuerdo a lo programado. Según los primeros datos, los tripulantes (de la Soyuz) están bien", ha dicho un portavoz del CCVE, citado por la agencia rusa Interfax.
La cápsula tomó tierra, tal y como estaba previsto, a las 05.23 GMT en una zona al sureste de la ciudad kazaja de Arkalyk, donde la esperaban los equipos de rescate.
Sus tres tripulantes permanecieron en el espacio un total de 176 días, uno más de lo previsto, debido a un fallo técnico que obligó a aplazar veinticuatro horas su regreso a la Tierra.
La víspera, una falsa alarma abortó la maniobra de desacoplamiento de la Soyuz de la EEI, en el primer incidente de esta naturaleza que se registra en la historia de explotación de la plataforma orbital.
La agencia espacial rusa, Roscosmos, precisó que una de las alarmas indicaba falta de hermetismo de la nave Soyuz, lo que fue descartado después de las revisiones de rigor.
“La tripulación soportó bien el descenso“
"La tripulación soportó bien el descenso y el aterrizaje. Los cosmonautas están de buen ánimo", según ha informado al Centro de Control de Vuelos Espaciales (CCVE) de Rusia un miembro de los equipos de rescate, citado por la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.
Quince aviones y helicópteros han participado en la maniobra
Quince aviones y helicópteros participaron en el seguimiento del aterrizaje de la nave espacial.
Este viernes, la agencia espacial rusa, Roscosmos, precisó que una de las alarmas indicaba falta de hermetismo de la nave Soyuz, lo que fue descartado después de las revisiones de rigor, pero el suceso retrasó el desenganche.
La agencia espacial rusa, Roscosmos, precisó que una de las alarmas indicaba falta de hermetismo de la nave Soyuz, lo que fue descartado después de las revisiones de rigor.
“Buscamos el desperfecto“
"Nos cercioramos de que la señal era falsa, buscamos el desperfecto, descubrimos que era de carácter mecánico y lo solucionamos con la ayuda de los tripulantes", dijo este sábado el jefe del Rosmos, Anatoli Permínov, minutos después del aterrizaje de la Soyuz.
Permínov explicó que el desperfecto se debió a que "los cosmonautas aplicaron una fuerza inadecuada, como resultado de lo cual se rompió un perno y una rueda de un engranaje".
"Lo más importante es que el grupo técnico halló en un plazo muy breve las soluciones y ya para las 14.00 horas (10.00 GMT) del viernes el problema había sido subsanado", indicó Permínov, quien agregó que, pese a ello, se decidió mantener la decisión de aplazar el desacoplamiento de la nave.
La víspera, un portavoz del CCVE había declarado que el cosmonauta ruso Fiódor Yurchijin, que junto con los estadounidenses Doug Wheelock y Shannon Walker permanece en la EEI, vio que en una de las manillas del puerto de enganche faltaba un "elemento fijador".
Un experto citado en condiciones de anonimato por la agencia oficial RIA-Nóvosti declaró, por su parte, que Yurchijin había encontrado una rueda de engranaje de cerca de dos centímetros de diámetro con varios dientes rotos en la funda protectora del nudo de acoplamiento.
"Como resultado, se bloqueó el sistema electromecánico de los ganchos de amarre de la estación y la nave", confirmó hoy Vitali Lapota, director de la corporación estatal Energuia, fabricante de las naves Soyuz.
Recalcó que el desperfecto no afectó el puerto de enganche del nuevo modulo ruso NIM-2, al que se hallaba acoplado la Soyuz TMA-18 y que se empleaba por primera vez.
"El puerto está diseñado de tal manera que, si se produce este tipo de fallos, éste no se vea afectado", agregó Lapota.
Segundo incidente en menos de tres meses en la ISS
Este es el segundo incidente en menos de tres meses con una nave rusa que se acopla o desengancha de la EEI: el 4 de julio fracasó la maniobra de acoplamiento de la nave de carga Progress M-06M debido a fallos de sus sistemas automáticos de acercamiento y enganche.
Mientras en la estepa kazaja recibían a la Soyuz TMA-18, en las afueras de Moscú, en el Centro de Adiestramiento de Cosmonautas Yuri Gagarin, despedían a los miembros de la próxima expedición que partirá a la EEI el próximo 8 de octubre a bordo de la nueva nave rusa Soyuz TMA-01M.
Como es tradición, por motivos de seguridad, las tripulaciones titular y suplente de la nueva expedición espacial viajaron en aviones separados al cosmódromo de Baikonur (Kazajistán).
La tripulación titular la integran los rusos Alexandr Kareli y Oleg Skrípochka, y el estadounidense Scott Kelly, mientras que la suplente, los rusos Serguéi Vólkov y Oleg Kononenko, y el estadounidense Ronald Garan.