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Brasil conocerá el nombre del sucesor de Lula cinco horas después del cierre de los colegios

  • El sistema de recuento está digitalizado y aporta rapidez al recuento
  • Ningún hacker ha podido violar su seguridad

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Sobre las elecciones en Brasil sólo se sabe una cosa con certeza: que el nombre del que suceda al presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva, se conocerán cinco horas después de que cierren los colegios electorales.

Así lo ha asegurado el secretario de Tecnologías de la Información del Tribunal Superior Electoral, Giuseppe Janino, a la agencia EFE. Y el motivo de esta rapidez se debe a que el sistema electoral brasileño está totalmente informatizado desde hace 14 años. Pero, además, según explica Janinio, es absolutamente inviolable y "hasta hoy no hubo ningún caso de fraude comprobado".

Rapidez y transparencia

Brasil automatizó el sistema electoral para todo el país en las elecciones municipales de 2000, de manera que limitó la intervención humana, que implicaba fallos y fraudes, además de acelerar de forma ejemplar el procedimiento de recuento de votos.

Janino ha explicado que se trata de un sistema de votación que funciona en cualquier lugar del país, sea en "las grandes metrópolis o en las 400 aldeas indígenas", y que atiende a deficientes visuales o personas analfabetas, a través de dispositivos interactivos y sencillos.

Los 135,8 millones de electores brasileños que utilizarán las urnas electrónicas el próximo 3 de octubre sólo tienen que teclear los códigos numéricos de sus respectivos candidatos para votar y poder elegir a un nuevo presidente y a los 27 gobernadores del país, además de renovar las cámaras legislativas nacionales y regionales.

Las urnas electrónicas, que son pequeños ordenadores con un teclado en el que el elector marca el número de su candidato, están constantemente vigiladas a través de pruebas y simulaciones de voto para asegurar la transparencia y la efectividad del sistema.

El funcionario recordó que el año pasado el tribunal decidió poner a prueba la seguridad del sistema electoral mediante un evento inédito que consistió en "abrir el programa durante cuatro días para que los especialistas en informática y hackers intentasen alterar los códigos".

Un sistema a prueba de hackers

Entre los 38 desafiantes inscritos figuraban desde profesionales en ciencias de ingeniería electrónica y análisis de sistemas, hasta especialistas en auditoría que tenían el objetivo de violar la seguridad del sistema. Ninguno lo consiguió.

El tribunal decidió proceder de esta manera debido a las quejas de algunos partidos políticos, que argumentaban que el escrutinio de un proceso electoral en Brasil podría ser objeto de fraudes si fuera manipulado o adulterado por expertos en informática.

En las elecciones del próximo domingo, Brasil pondrá a prueba para 1.200.000 electores de 60 municipios las llamadas "urnas biométricas", que identifican al votante por su huella digital.

El "futuro desafío" será extender ese sistema biométrico a todo el país" en un plazo de ocho años, ha asegurado Janino.

El uso de las urnas biométricas confirmará a Brasil como uno de los países con la tecnología más avanzada en la automatización del sistema electoral.

El éxito de este sistema ha despertado el interés internacional y, desde la implantación del sistema electrónico, más de 50 países han pedido información sobre su funcionamiento a las autoridades brasileñas.

Aunque el sistema brasileño se ha diseñado para su realidad nacional, por un acuerdo con la Organización de Estados Americanos (OEA) las urnas electrónicas han sido cedidas para elecciones en otros países latinoamericanos, como Argentina, Colombia, Ecuador, México, Paraguay y la República Dominicana.

La fiabilidad y la velocidad avalan al sistema. En las últimas elecciones presidenciales, celebradas en 2006, se le presuponía un tiempo de respuesta de 5 horas y para sorpresa de las autoridades el escrutinio fue prácticamente concluido en cuestión de dos horas y media.

Janino declaró que la experiencia biométrica será aplicada en un futuro para instituir un único documento de identidad, de manera que sea un sistema único y sobre todo más seguro, porque todo estará basado en la huella digital.