El poeta Antonio Gamoneda describe la desolación de la pobreza, con la belleza del verbo
- Su vida está en toda su obra poética
- Por edad, Gamoneda pertenece a la Generación del 50
"En mi poesía hay más realidad de la que parece", dijo en una entrevista en RNE Antonio Gamoneda, este poeta hondo que convierte en belleza lo más terrible.
El poeta, asturiano de nacimiento pero leonés de adopción, describe en toda su obra poética su vida, una vida de sufrimiento por la posguerra y la noticia del asesinato de su padre, siendo aún niño.
"La muerte llegó a mí muy temprano, de un modo grave, pero, en cierto modo, exterior a mí. La muerte de mi padre o de aquellos que sacaban a las cuatro de la mañana para pasearlos...".
Entiende el poeta que toda poesía es social, "es significativa de mi interioridad, de mi subjetividad, pero yo estoy en una lengua, en un país, en unas circunstancias históricas". El autor defendió la poesía como el camino para meditar sobre sus experiencias individuales.
Gamoneda nos hace reflexionar con sus poemas, evitando el penoso espectáculo de la autocomplaciencia.
Gamoneda, alejado de cualquier grupo
Por edad, Gamoneda pertenece a la Generación de los 50, pero por su lenguaje y su mundo, se diferencia de las características atribuidas al Grupo del 50. El poeta lo explicaba así: carezco de conciencia de haber estado a algo cercano de eso que se llama grupo... "No, no éramos un grupo".
El poeta desvela que incluso escritores como Angel Valente echaban pestes cuando se mecionaba la Generación del 50, aunque eso no le ha evitado mantener relaciones "con unos más que con otros".
A Gamoneda le llegó el reconocimeinto tardío. En 2006, el escritor recibió la noticia en Madrid de que había sido premiado con el Cervantes de las letras, el mismo día que el poeta recogía otro premio, El Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Años antes, en 1988, le había sido otorgado el Premio Nacional de Literatura en la modalidad poética.
Aunque el poeta comenzó a escribir a una edad temprana, sus primeros poemas aparecieron publicados en los años 60. Publicó a trompicones sus primeros libros y llegó tarde a las antologías canónicas de la generación de los cincuenta.
Obra poética y antologías
De formación autodidacta, trabajó de recadero en un banco, mientras realizaba estudios medios y de Económicas. En 1969 se hizo cargo del área de cultural de la Diputación e la León, hasta que un juez consideró que se necesitaba un título académico. Nueve años más tarde, ya en democracia, asumió la gerencia de la Fundación Sierra-Pambley, cercana a la Institución Libre de Enseñanza.
De sus trabajos fundamentales poéticos destacan: "Descripción de la mentira" (1977); "León de la mirada" (1979); "Blues castellano" (1982); "Edad" (1987); "Lápidas" (1987); "Libro del frio" (1992, reeditado en 2003 con 20 poemas nuevos que tituló "Frio de límites); "Otra más alta vida" (1993); "Mortal (1994), "El cuerpo de los símbolos" (1997); "Arden Perdidas" (2003); y "Cecilia" (2004).
Es autor de la antología "Esta luz, poesía reunida (1947-2004)". En 2006 apareció su antología "Sílabas negras". Entre sus ensayos sobre crítica y arte figuran "Echaur: la dimensión ideológica de la forma" (1978); "Bartola: Tauromaquia y destino" (1980) o "El vigilante de la nieve" (1995).