La lluvia sangrienta espacial
Entre probetas
¿Quién dice que la Ciencia y, sobre todo, su Divulgación (ambas conmayúsculas) tienen que ser aburridas?¿Se puede divulgar e informar de los principales logros e hitos científicos sin dejar el humor, motor de vida, en el intento? Entre Probetas nació para informar. Entre Probetas surge para divertir. Mi labor como Profesor, Investigador y Director de Cultura Científica de una de las mejores universidades y centro de investigación del país -Universidad Autónoma de Madrid y Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, respectivamente- me permiten estar en primera línea informativa en áreas afines, o no tan afines, a mi propio desarrollo como científico; como biólogo molecular y microbiólogo. Emisión: Lunes a Jueves 15.36; Sábado 14.52; Domingo 09.52 y 14.52
Según la siempre sabia Wikipedia, Panspermia es la hipótesis que sugiere que las bacterias prevalecen diseminadas por todo el Universo y hasta pudieron sembrar la vida en la Tierra.
Por supuesto, aquí poco tengo que decir; ya les he contado lo resistentes que pueden llegar a ser algunos microorganismos. Sin embargo, hasta la fecha, la Panspermia no deja de ser una romántica hipótesis... Hasta la fecha.
En 2001, Godfrey Louis, un controvertido físico de la materia condensada de la Universidad de Cochin de Ciencia y Tecnología, en Kerala, al sur de India, se hizo famoso por publicar en la revista Journal Astrophysics and Space Sciencela hipótesis de que cierta curiosa lluvia escarlata caída sobre dicha región del subcontinente indio estaba compuesta por microorganismos extraterrestres presentes en un cometa que se había desintegrado en la capa superior de la atmósfera.
Estos microorganismos alienígenas que, al igual que nuestros eritrocitos, eran rojos y sin núcleo, consiguieron llamar la atención del mundo científico, con posicionamientos tanto a favor como en contra.
Al parecer, un estudio posterior por el gobierno indio concluyó que la lluvia roja no era más que el resultado de unas esporas de ciertas algas locales. Pero la historia no termina aquí.
Nuevos estudios parecen confirmar que aquellas células, que incluso en un principio se especulaba con la posibilidad de que no tuvieran ADN, se han reproducido in vitro -algo que, con todos mis respetos, difícilmente se puede producir sin ácidos nucleicos-.
Louis sigue insistiendo en su teoría e incluso sugiere que un enorme ruido producido el día de la lluvia roja en la atmósfera era la prueba del cometa estrellándose. Un equipo internacional continúa estudiando el caso que incluso ha aparecido en la prestigiosa revista Technology Review.
Y otra curiosidad, al parecer, estas células marcianas se replicarían a la bonita temperatura de 121ºC, algo prácticamente imposible en la Tierra y, ya puestos, se afirma que hay nubes en lejanas galaxias de un sospechoso color rojizo que podrían tener bichitos... Qué cosas.
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