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El FMI defiende la austeridad fiscal, pero afirma que será muy dolorosa

  • El organismo admite que contraerá las economías a corto plazo
  • Señala que es preferible reducir el gasto que elevar impuestos

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Los programas de austeridad fiscal que este miércoles sacaron a las calles a decenas de miles de europeos y que se prevé lleguen a casi todos los países avanzados amenazan con ser muy dolorosos, según ha confirmado el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El organismo, que ha divulgado este jueves los capítulos analíticos de su informe Perspectivas Económicas Globales, estima que a largo plazo la austeridad suele ser positiva pero ha advertido de que los efectos negativos a corto plazo aumentan cuando los planes de austeridad se abordan por muchos países al unísono, como ocurre en la actualidad.

En ese sentido, el economista del FMI Daniel Leigh ha recordado en rueda de prensa que los niveles de deuda pública están en los niveles más altos en 50 años y ha comentado que "el dolor" podría ser el doble que el experimentado en el pasado.

La reducción de gastos también es más dura, según el FMI, cuando se produce en el contexto de una unión monetaria como Europa, ya que el margen para una caída en el valor de la divisa es "reducido".

Contracción a corto plazo

El informe, que analiza el impacto de los programas de austeridad en las economías avanzadas durante las últimas tres décadas, destaca que la idea de que la consolidación fiscal impulsa el crecimiento a corto plazo no tiene fundamento. Lejos de eso, suele contraer la actividad económica a corto plazo, al reducir la producción y aumentar el desempleo.

Un recorte presupuestario equivalente al uno por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) suele reducir la demanda doméstica alrededor del uno por ciento y aumentar el desempleo en 0,3 puntos porcentuales, dice el análisis. Ese aterrizaje forzoso tiende a verse suavizado por el incremento en las exportaciones netas que se produce en los tiempos de vacas flacas, lo que en términos históricos ha tendido a limitar el impacto en el PIB a una caída del 0,5%.

No todos los países pueden tener depreciaciones reales y aumentar sus  exportaciones al mismo tiempo

Pero la actual coyuntura no deja espacio a ese efecto benéfico. El Fondo explica que la caída en el valor real de las divisas nacionales juega un importante papel amortiguador al impulsar las exportaciones netas y es generalmente fruto de la depreciación nominal o la devaluación de las divisas.

Pero con el mundo avanzado embarcado en masa en el crucero de la austeridad "no todos los países pueden tener depreciaciones reales y aumentar sus exportaciones al mismo tiempo". Con esa coyuntura el FMI lanza una advertencia clara a los navegantes: "La consolidación fiscal simultánea por muchos países será probablemente particularmente costosa".

Mejor reducir gasto que elevar impuestos

El cúmulo de desgracias no acaba ahí, ya que la consolidación fiscal también suele ser más negativa a corto plazo cuando, como ocurre en estos momentos en países como EE.UU., los tipos de interés están en niveles próximos a cero y los bancos centrales tienen poco margen para ofrecer estímulo monetario.

Pese a todo, el Fondo considera necesario pasar por el aro de la austeridad y menciona que en el actual ambiente global en el que los mercados denotan una notable falta de tolerancia con los déficit fiscales y la deuda pública el no realizar ajustes "podría tener un impacto negativo sobre el crecimiento".

Por lo demás el Fondo observó también en su análisis histórico que los recortes del déficit que se basan en ajustes del gasto contraen menos la actividad económica que aquellos que se basan en incrementos de los impuestos.

Eso obedecería a que los bancos centrales suelen ofrecer menos estímulo monetario durante los planes basados en ajustes tributarios sobre todo cuando estos implican un incremento de los impuestos indirectos, lo que presiona al alza la inflación.