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Shuarma acudió a la cita con sus fans en huelga

  • El ex líder de Elefanftes toca en la galería del Teatro Alcázar

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El músico Shuarma, en plena actuación.
El músico Shuarma, en plena actuación.

Faltaba menos de una hora para que terminase el 29 de septiembre. Una larga cola de seguidores esperaba a la entrada del Teatro Alcázar. "No creo en las huelgas, nadie me ha pedido opinión sobre si se puede parar el país o no y el público ha pagado una entrada para verme", afirmaba con rotundidad y respeto Shuarma en uno de los palcos del teatro.

"Me muero por empezar". Sólo el ex-líder de Elefantes y La Shica continuaron con el espectáculo en un Madrid que por una vez dejaba echado el telón.

Casualmente, poco antes de medianoche, cuando ya se daba por terminado el plazo de la Huelga General, sonaba la guitarra acústica del artista y las luces sobresalían por los ventanales de la galería. "¿Qué es el compromiso? Ser fiel a tus ideas", afirmaba el barcelonés antes de pisar el escenario ante cerca de doscientas personas con hambre de autenticidad.

Las primeras canciones se acercaron a un tono más personal con una selección de temas de "El poder de lo frágil", su último trabajo. "Aún no sé donde estoy", "Sigo aquí" y "Despierta" calentaron unos ánimos ya entonados para el recital.

"Yo creo que no me he encontrado nunca o quizás sí: en esta profesión", reflexionaba el cantante. También se permitió en la introducción, una de las canciones de su etapa en Bushido, proyecto que aunque efímero, dio algunos grandes frutos junto a Morti y Bunbury.

En este clima próximo al público, el acústico quedó para andar por casa o mejor dicho, para la gira de invierno. "He grabado una revisión del disco, pero todo a guitarra y voz que pronto presentaré", adelantaba Shuarma en los minutos previos al concierto.

Las eléctricas tronaron y después de "El universo", tema de su primer disco en solitario, Shuarma imploró a la "Virgen de Guadalupe" y descargó en "Yo mismo" la fuerza que había prometido. "Esta noche acabará a lo grande, con mucha energía, como si fuéramos a la conquista de Francia".

Como siempre se repite en las "Alcazar's night" estaba preparada la sorpresa. Aún a sabiendas del riesgo, Shuarma se llevó a su terreno el "Billy Jean" de Michael Jackson. No intentó imitar al ídolo y ese detalle hizo al público escucharle como si se tratase de una composición completamente diferente, sin comparaciones. No sonaba nada mal.

Regreso a los orígenes

Y llegaron Elefantes o todos aquellos acordes que se hicieron imprescindibles día a día en la radiofórmula. "Que yo no lo sabía", "Somos nubes blancas" y "Al olvido" hicieron vibrar y cantar a viva voz a la sala. "Vuélvelo a intentar", del segundo disco, sonaba camaleónicamente al grupo.

"Ahora vuelvo a ser quien era, con un rock-pop más acorde a mi forma natural de crear y es que en Elefantes yo era el compositor", explicaba el artista acerca de la diferencia entre el sonido de su arranque en solitario y sus canciones más recientes. "El primero fue una huida y éste ya, es de vuelta".

Aún hubo algunos regalos más, entremezclados con el humor marca de Shuarma para rozar las dos horas de recital. En el rostro de los seguidores se cumplían las palabras del artista: El arte brota en ¿esa conexión entre la persona y la canción¿. Como también en la "contradicción" a la que nombraban las letras de Shuarma. O el "desorden" de Rimbaud, al que había evocado el catalán con aire de surrealismo y premonición.