Las revueltas policiales en Ecuador dejan al menos ocho muertos y 274 heridos
- El presidente Rafael Correa ha decretado tres días de luto
- La calma ha vuelto al país aunque mantiene el estado de excepción
- El Gobierno cambia a toda la cúpula de la Policía tras la sublevación
- Correa: "Querían provocar una guerra civil"
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Tras doce horas de incertidumbre, Ecuador ha regresado paulatinamente a la calma aunque mantiene decretado el estado de excepción. Ahora, toca hacer balance.
Al menos ocho personas murieron, entre ellas dos policías, y otras 274 resultaron heridas en las revueltas que tuvieron lugar este jueves en varias ciudades de Ecuador, las cuales fueron calificadas por el Gobierno de Rafael Correa como un intento de golpe de Estado, según ha informado el ministro ecuatoriano de Salud, David Chiriboga.
Dos policías y un civil murieron en Quito, mientras que otras cinco personas fallecieron en distintos incidentes registrados en Guayaquil, la segunda ciudad de Ecuador, según ha confirmado el ministro en declaraciones al diario local El Comercio. Tan solo en los hospitales de la capital ecuatoriana, los centros de salud atendieron a 193 personas "por heridas de proyectiles", ha precisado Chiriboga.
16 heridos en estado grave
Al menos 132 de las personas que resultaron heridas tenían heridas leves, 43 se encuentran fuera de peligro aunque en observación, mientras que 16 pacientes están "graves" y otros seis fueron ingresados en unidades de cuidados intensivos.
Unos de los oficiales fue identificado como Froilán Jiménez, de 28 años, que falleció durante el operativo de rescate de Rafael Correa, quien estuvo retenido más de 11 horas en el Hospital de la Policía Nacional de Quito. "Era un policía leal al presidente y derramó su sangre por el presidente", ha dicho Sandra Jiménez, hermana menor del uniformado.
“Era un policía leal al presidente y derramó su sangre por él“
El oficial murió en medio de una batalla en la que militares policías se enfrentaron a tiros y se lanzaron gases lacrimógenos, en medio de una crisis política que sumergió a Ecuador en un auténtico caos durante más de 24 horas.
En las imágenes transmitidas en directo por la televisión local se veían a cientos de uniformados dispararon desde varios puntos en los alrededores del hospital.
Tres días de luto
El presidente Rafael Correa ha decreatado tres días de duelo nacional por la muerte de los cinco ciudadanos que fallecieron durante las revueltas que estallaron este jueves, tras las protestas de policías de tropa que rechazaban la eliminación de incentivos profesionales, según ha informado este viernes el ministro del Interior, Gustavo Jalkh.
Correa, "totalmente, profundamente conmovido por estos hechos, ha decretado tres días de duelo nacional, que esto nos lleve a todos a la reflexión, estos hechos no pueden volver a ocurrir", ha dicho el ministro, al apuntar que el asunto "no quedará en la impunidad".
“No quedará en la impunidad“
En rueda de prensa, Jalkh ha confirmado que se ha designado al general Patricio Franco en reemplazo de Freddy Martínez en el cargo de comandante general de la Policía.
El Gobierno cambia a toda la cúpula de la Policía
El Gobierno de Ecuador ha cambiado toda la dirección de la Policía del país, de la que han salido seis generales, después de que miembros de ese cuerpo se sublevaran, según ha informado una fuente policial.
"Ahora hay una nueva cúpula", compuesta por cuatro generales de menor antigüedad que los militares que abandonaron la Policía, ha dicho el funcionario.
Tres coroneles de la policía de Ecuador han sido los primeros arrestados por la sublevación durante la cual policías rebeldes mantuvieron retenido al presidente Correa, según han informado medios locales.
Se trata de Manuel Rivadeneira, Julio César Cueva y Marcelo Echeverría, quienes tendrán que pasar 24 horas en la Policía Judicial de Quito. Posteriormente deberán comparecer ante un juez, que tendrá que decidir si los mantiene o no en la prisión.
Correa: "Los sublevados querían provocar una guerra civil"
El presidente de Ecuador ha dicho ante una sesión extraordinaria de cancilleres de Unasur que los sublevados que le mantuvieron retenido este jueves pretendían provocar una guerra civil en su país y también matarle.
Los rebeldes "querían crear el caos en el país y una verdadera guerra civil", ha dicho Correa a los representantes de los países miembros de Unasur, que han llegado a Quito para expresarle su respaldo.
El presidente ha calificado a los sublevados como "criminales" y "desquiciados", y ha dicho que durante el tumulto en el que se vio inmerso "quisieron quebrarme la rodilla".
Correa ha dicho que entre los policías sublevados se dio la consigna de llevarlo "a Nono", un área cercana a Quito donde suelen aparecer cadáveres, y dijo que el automóvil en el que le sacaron del hospital recibió cinco impactos de bala, que según él demuestran que le querían asesinar.
También ha insistido en que la rebelión "era claramente una conspiración política" y las reivindicaciones de la policía fueron "un pretexto" para una acción en la que participaron miembros de partidos políticos de la oposición, según él.