'Dios en persona', un cómic que denuncia a los mass media y la publicidad
- Una obra de Marc-Anthoine Mathieu, ganadora del Premio ACBD
- Una interesante reflexión sobre el poder de los mass media
El arranque de Dios en persona (Sins entido) puede recordar un poco a la famosa película Milagro en la calle 34 (George Seaton, 1947) en la que el auténtico Papa Noel se convertía en un ancianito que se hacía amigo de una niña y acababa en los tribunales en un juicio que servía para reivindicar los valores de la navidad.
Pero hasta ahí todo el parecido, en esta fabulosa novela gráfica, ganadora de "El Gran Premio de la Crítica 2010" de la ACBD (Asociación de críticos y periodistas de Bande Dessinée), Dios se hace carne y camina entre los humanos porque quiere reír.
Todo comienza cuando Dios aparece en la cola del paro, sin papeles ni número de la Seguridad Social. La irrupción de este enigma metafísico "en persona" desencadena en un enorme fenómeno mediático. Un gran proceso judicial se organiza en contra de este "Culpable Universal"...
En esta novela gráfica no se cuestiona si se trata o no de Dios, lo que queda claro desde un primer momento, sino de estudiar como se comportarían los seres humanos ante esa situación. A principo todos esperan milagros a siestro y siniestro, pero cuando estos no llegan todos quieren sacar beneficios a su costa y le convierten en una especie de estrella de Hollywood... y al final no les queda más remedio que enjuiciar a Dios al que, de repente, culpan de todos los males del mundo. Y es que... si Dios se hiciera humano ¿Seguiría siendo Dios?
Un cómic que parece un reportaje televisivo
Un punto de partida interesantísimo que Marc-Anthoine Mathieu va desarrollando como si se tratase de un reprotaje de televisión, lo que aumenta su verismo, multiplicando viñetas, personajes y situaciones. Y aprovechando para lanzar duras críticas contra el sistema, a veces absurdo, que domina la sociedad comtemporánea.
Además intercala numerosas citas de Voltaire, Gustave Flaubert, Jules Renard... en un Guión muy literario y que nos invita a la reflexión sobre nosotros mismos. Todo ello con un dibujo elegante en negro, gris y blanco que refuerza la idea de un poder en la sombra, y no precisamente el de Dios.
No es el primer autor que dedica un cómic a Dios. Sirvan de ejemplo Contrato con Dios (Norma Editorial) del genial Will Eisner (Spirit), y Robert Crumb con su versión del Génesis (ganadora del premio a la mejor obra extranjera publicada en España en el Salón de cómic de Barcelona) pero la irrupción de Dios sirve a Mathieu para indagar en los problemas de la sociedad actual, en la avaricia del mundo moderno y para criticar los procesos mediáticos y las campañas de publicidad (que pueden hacernos creer cualquier cosa)
Y es que, en la sociedad actual parece haber un Dios por encima de todos, la Televisión, que con su profeta Internet, se ocupa de los movimientos de opinión y de contarnos lo que pasa en el mundo, o lo que quieren que creemos que pasa.
Precisamente, la publicidad se acaba convirtiéndo en el auténtico Dios de esta historia, en un desenlace tan coherente como inesperado, y en el que al hombre no le queda más remedio que... será mejor que leaís el cómic.