El picante, un arma 'antimamíferos'
Ciencia al cubo
El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a jueves a las 15: 42; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55
A los humanos nos gusta comer picante. Ya sea sazonando suavemente algunos platos o todo lo contrario comiendo frutos enteros extremadamente picantes, como las guindillas.
Tanto es así que cultivamos desde hace 5.000 años una gran variedad de frutos de este tipo para hacer las delicias de los más atrevidos. Pero porqué existen en la naturaleza frutos con este sabor tan especial. ¿Qué función tienen?
La función en la naturaleza del picante no es ni mucho menos resultar agradable o sabroso. Todo lo contrario. Es un arma anti-mamíferos. Las plantas generan frutos picantes como mecanismo de defensa.
“El picante es un arma anti-mamíferos, como mecanismo de defensa“
Si cualquier otro mamífero que no seamos nosotros (los extravagantes humanos) mastica por ejemplo, un pimiento del padrón le resultará muy desagradable, lo escupirá y no volverá a comer esa planta.
Por su parte, los pájaros sin embargo, se comen los frutos enteros, sin masticar, por lo que no sienten los efectos repelentes del fruto, lo digieren y dispersan sus semillas. Las plantas lo tienen todo pensado, por decirlo de alguna forma.
Mismos receptores que el dolor y el calor
Las guindillas o chiles pican porque contienen un compuesto químico llamado capsaicina. Nuestro sistema nervioso tiene receptores que recogen esta sustancia.
Cuando la capsaicina alcanza estos receptores nos sobreviene la sensación de picor. Y estos receptores, es curioso, son los mismos que recogen la señal de dolor y de calor.
La cantidad de capsaicina que contiene un chile no solo depende de los genes de la planta. Se puede modificar el grado de picante con técnicas tradicionales, como el riego, la ventilación, el abonado o evitando que maduren en exceso.
El pimiento acumula capsaicina desde la polinización hasta que empieza a madurar. Así que, los pimientos más picantes son los que se han cortado antes de que hayan madurado. Justo antes de que empiecen a cambiar de color.
Propiedades farmaceúticas
Las guindillas podrían quizá traspasar la frontera de la cocina y saltar a las farmacias. Un reciente estudio realizado con ratas apunta a que las capsaicina reduce la tensión arterial.
“La capsaicina puede reducir la tensión arterial“
Para llegar a esta conclusión los científicos incluyeron capsaicina de forma continua durante siete meses en la dieta de un grupo de roedores hipertensos. Transcurrido ese tiempo su presión arterial había mejorado.
Así que teniendo en cuenta que no favorecen la úlcera de estómago como popularmente se ha pensado durante mucho tiempo, el picante tiene un futuro prometedor.
Y ya puestos podemos aprovechar que hasta bien entrado octubre es temporada de pimiento de Padrón para darnos un buen festín de estas hortalizas que unas veces pican y 'otras non'.
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