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Los soberanistas flamencos abocan a Bélgica al desgobierno al abandonar las negociaciones

  • Tras más de 110 días desde las elecciones, no hay pacto para formar gobierno
  • El reparto de competencias regionales es uno de los principales escollos
  • El ex primer ministro, Yves Leterme, está al cargo del gobierno interino

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El partido nacionalista flamenco N-VA, ganador de las últimas elecciones generales en Bélgica,  ha decidido abandonar las negociaciones para la formación de un nuevo gobierno,  que se prolongan desde hace meses, y ha advertido que sólo volverá a ellas si el diálogo se inicia "desde cero".

"Para nosotros, esta historia se termina",  ha declarado el líder de la formación, Bart De Wever, tras reunirse con la dirección del partido.

De Wever, el candidato más votado en los comicios del 13 junio,  se ha negado este lunes a seguir participando en el "juego infantil" en el que, a su juicio, se han convertido las negociaciones.

"Hay que poner los contadores a cero", ha considerado el líder soberanista flamenco, haciendo un llamamiento al resto del partidos belgas a reiniciar el diálogo en "un clima de confianza".

De Weber es "irresponsable"

De Wever ha expresado su preocupación ante el hecho de que tras más de 110 días desde las elecciones aún no haya un pacto para formar gobierno, pero ha dejado claro que su partido no aceptará "un mal acuerdo".

En su opinión, en las últimas semanas "se ha retrocedido más que avanzado",  por lo que es necesario replantear el diálogo.

El movimiento del N-VA -un partido que defiende a largo plazo la independencia de Flandes- deja el escenario político belga en una situación aún más complicada y con pocos visos de resolverse.

Para los partidos francófonos, la decisión de De Wever es "irresponsable" y puede suponer "dejar pasar una oportunidad inédita de transformar Bélgica en profundidad".

Las competencias regionales, el escollo

En un comunicado conjunto, el Partido Socialista, el democristiano CDH y el verde Ecolo se han mostrado abiertos a seguir negociando para "mantener la estabilidad del país y ofrecer una perspectiva sostenible".

Las tres fuerzas critican que el N-VA se centre, a su juicio, únicamente en el refuerzo de las competencias regionales, sin tener en cuenta los compromisos pactados por todos los partidos para que esa descentralización no empobrezca a las regiones de Valonia y Bruselas o ponga en peligro la viabilidad del Estado federal.

El bloqueo de las negociaciones entre fuerzas flamencas y francófonas sigue siendo, principalmente, consecuencia de las diferencias en torno al reparto de competencias y recursos económicos entre las regiones y el Estado federal y el estatus de Bruselas.

Bélgica, que preside este semestre la Unión Europea, continúa dirigida por un gobierno interino encabezado por el ex primer ministro, Yves Leterme.

Pese a ello, De Wever ha descartado este lunes la convocatoria de nuevas elecciones y ha abogado por mantener el gabinete de asuntos corrientes durante el tiempo necesario para tratar de acercar posturas.