Jim Caviezel: "Hay que tener fortaleza para acabar con cosas tan inmorales como la lapidación"
- El actor protagoniza La verdad de Soroya M. , historia real sobre una mujer lapidada
- Caviezel ha estado en Los Desayunos de TVE
El actor Jim Caviezel, que interpretó a Jesús en la polémica cinta de Mel Gibson La pasión de Cristo, ha presentado en España La verdad de Soroya M., una cruda película que recrea la historia real de la lapidación de una mujer acusada falsamente de adulterio en una pequeña aldea de Irán y para la que el intérprete ha prestado su fama para llamar la atención sobre este tipo de injusticias. "Hay que tener la fortaleza y el valor para acabar con estas cosas tan inmorales", ha dicho el actor en una entrevista en Los Desayunos de TVE.
Caviezel se refiere tanto a las lapidaciones que aún hoy ocurren como a las situaciones vividas en Europa con el nazismo o el comunismo, que extrapola a esta historia que retrata el integrismo islamista más radical, aunque, matiza, "no creo que sea un ataque a la religión, sino a la humanidad".
La verdad de Soraya M. , de los mismos productores que La pasión de Cristo y que se estrena en España el 15 de octubre, cuenta cómo la tía la joven que muere lapidada (interpretada por la actriz iraní Shohre Aghdashloo) lucha por que se conozca la verdad de lo ocurrido en una aldea en la que impera la sharía (la ley islámica). Caviezel interpreta a Freidoune Sahebjam, el periodista francó-iraní que a finales de los ochenta contó la historia de Soraya M., que fue injustamente acusada de adulterio y lapidada por sus vecinos.
La cinta recrea de una manera muy dura la lapidación de la joven y durante alrededor de 20 minutos, lo que ha recibido muchas críticas. "Salvar al soldado Ryan empieza con 25 minutos de soldados muriendo. Creo que el delito aquí no es la violencia que vemos, sino que esto ocurra en realidad, ¿cómo puede pasar esto? La indiferencia es el gran pecado del siglo XXI", ha dicho Caviezel en TVE.
El actor estadounidense añade que si resulta duro ver la escena de la lapidación, "más duro es para la mujer lapidada". "A esto me refiero cuando hablo de indiferencia. No hay que tener miedo, hay que enfrentarse a las cosas y tener valor y decir que hay un precio que no estamos dispuestos a pagar y una línea que no vamos a atravesar", comenta Caviezel, que además cree "de locos" que Soraya M. tuviera que ser la que probara su inocencia y sus falsos acusadores quedaran impunes.
Caviezel, que confiesa tener "una gran fe en Dios" y cree que las personas son recordadas por sus acciones, dice que apenas tardó dos horas tras leer el guión en decidirse a rodar la película, "porque sabía que lo tenía que hacer" y explica que intenta "utilizar el don que me dio Dios para intentar proteger a la humanidad".