Bruselas descarta implantar de forma unilateral una tasa a las transacciones financieras
- Señala que, si no se aplica en todo el mundo, provocaría la huida de capitales
- En su lugar, la Comisión aboga por un nuevo impuesto a la actividad financiera
La Comisión Europea ha descartado este jueves crear, en el ámbito de la Unión Europea, una tasa a las transacciones financieras internacionales, tal como propuso el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la última Asamblea General de la ONU, para combatir la pobreza, al considerar que provocará la deslocalización de estas actividades a otros centros financieros.
El Ejecutivo comunitario señala que la implantación de esta tasa, que permitiría recaudar en la UE hasta 150.000 millones de euros anuales según sus cálculos, sólo es factible si se produce de forma simultánea en todo el mundo. Por ello, ha recomendado proseguir las negociaciones en el G-20, aunque hasta ahora países como Estados Unidos la rechazan.
"Sin un acuerdo mundial sobre la tasa a las transacciones financieras internacionales, si se establece sólo en la UE, existe un riesgo muy significativo de posibles deslocalizaciones de las transacciones", ha señalado el comisario responsable de Fiscalidad, Algirdas Semeta.
“Los riesgos de deslocalización son altos y podrían socavar los ingresos“
"A la luz de los análisis que se han llevado a cabo hasta la fecha, la tasa a las transacciones financieras internacionales parece menos adecuada para su introducción unilateral a nivel de la UE, ya que los riesgos de deslocalización son altos y podrían socavar la capacidad de generar ingresos", señala el estudio sobre nuevos impuestos al sector financiero presentado este jueves por el Ejecutivo comunitario.
Mejor un impuesto sobre la actividad financiera
El informe alerta también de la posibilidad de que la tasa a las transacciones financieras se acabe repercutiendo sobre los clientes de los bancos. Además, "puede aumentar la volatilidad de precios" y tener un efecto acumulativo, de forma que los productos que se comercialicen más a menudo se enfrentarán a una carga fiscal mejor.
La alternativa que propone el Ejecutivo comunitario es crear un nuevo impuesto a la actividad financiera. Esta sería la "solución más apropiada", porque en la actualidad el sector financiero "paga menos impuestos en comparación con otros sectores", ya que "está prácticamente exento del IVA", según ha explicado Semeta.
Con este nuevo impuesto, que se aplicaría sobre el total de beneficios y salarios, la UE podría recaudar aproximadamente 25.000 millones de euros, unos ingresos que Bruselas cree que podrían destinarse a la "consolidación fiscal, que es una tasa urgente en muchos Estados miembros".
Este nuevo impuesto que propone Bruselas se sumaría a la tasa bancaria que debaten actualmente los ministros de Economía de la UE para alimentar fondos de resolución para liquidar a entidades en problemas, de manera que en futuras crisis el coste no recaiga sobre los contribuyentes.