El lodo tóxico en Hungría alcanza el río Danubio mientras destruye los ecosistemas a su paso
- El vertido ha destruido la totalidad del ecosistema del río Marcal
- Tras este río ha contaminado a los ríos Raba y Mosoni-Danubio
- El nivel de toxicidad baja 9, más cercano a la inocuidad
La marea tóxica de barro rojo provocada por un accidente en una empresa de aluminio de Hungría ha alcanzado ya el río de Danubio, el segundo más grande de Europa, tras destruir totalmente el ecosistema del río Marcal, el primero contaminado por la fuga.
Así lo ha detallado el jefe regional de los servicios anticatástrofes, Tibor Dobson, que ha relatado que no hay información sobre peces muertos en el río Raba y el Mosoni-Danubio, afluentes a los que había llegado el lodo tóxico tras el Marcal.
Con todo, la concentración de metales pesados en las aguas es muy reducida y el riesgo de contaminación más bajo, según la portavoz de la Oficina de Catástrofes, Gyorgyi Tuttos, que ha explicado que el ph del agua contaminada ha bajado desde el valor 13 del miércoles, incompatible con la vida, hasta 9, más cercano al punto de inocuidad.
El vertido, que ha inundado 40 kilómetros cuadrados en el suroeste de Hungría, se va confirmando como una catástrofe ecológica de enormes dimensiones de la que la naturaleza y la agricultura tardará años en recuperarse.
Trabajo a contrarreloj
Este accidente industrial sin precedentes en Hungría, ya ha dejado al menos cuatro muertos, entre ellos una niña de 14 meses, más de 120 heridos y otras tres personas siguen desaparecidas, según fuentes oficiales.
Equipos de emergencia húngaros trabajan a destajo para cerrar la filtración del depósito de lodos de la planta química, que sigue avanzando mientras deja a su paso decenas de hectáreas contaminadas y ríos devastados. Las tareas de limpieza pueden durar más de un año.
La población está batallando para reducir el contenido de alcalino del vertido, que ha causado la muerte de peces en el río Marcal, el primero que resultó afectado por la polución, que comenzó el pasado lunes con la rotura de una balsa de residuos de la planta privada de aluminio.
El primer ministro, Viktor Orban, ha visitado a primera hora de este jueves la localidad de Kolontar, una de las más afectadas, y se ha mostrado bastante pesimista con las labores de reconstrucción: "Por desgracia, tengo la impresión de que todo esfuerzo aquí, más allá de la reconstrucción del puente, no sirve para nada". "Probablemente se creará un nuevo territorio para los aldeanos y se abandonará esta parte de la villa para siempre, porque es imposible vivir aquí", ha sentenciado.