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Sarkozy retocará la reforma de las pensiones, pero mantiene el retraso de la edad de jubilación

  • Permitirá que los padres que dejen de trabajar por sus hijos lo contabilicen
  • Los sindicatos creen que es insuficiente y persistirán con las movilizaciones

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El Gobierno francés propondrá cambios en la reforma de las pensiones que conciernen a los padres que interrumpen su trabajo para cuidar de sus hijos y se subirán los impuestos para financiar los costes derivados de estos cambios, aunque mantendrá el retraso previsto en la edad de jubilación hasta los 62 años, según ha informado la oficina del presidente Nicolás Sarkozy.

En concreto, los cambios en dicha reforma consisten en que los padres que decidan dejar de trabajar al menos durante un año para la educación de sus hijos, podrán declarar dicho tiempo como trabajado en el futuro cómputo de su pensión.

Este cambio se aplicará durante los próximos cinco años y los padres se podrán beneficiar de él durante los tres años siguientes al nacimiento del hijo. Según el Elíseo, la medida afectaría a unas 130.000 madres de familia nacidas entre 1951 y 1955 que están a punto de acceder a la jubilación.

Subida de impuestos para costearlo

En un comunicado hecho público el día después de que los  sindicatos de transportes convocaran una huelga indefinida contra el proyecto, la oficina de Sarkozy ha detallado que los costes de la reforma de las pensiones serán de 3.400 millones de euros, financiados por una subida en los impuestos de venta de propiedades.

Uno de los puntos más conflictivos de la reforma es la que atañe al retraso de la edad de jubilación, de los 60 a los 62, lo que ha llevado a los sindicatos franceses ha convocar seis jornadas de  huelga desde que se propusieron los cambios. Estas organizaciones han llamado a una convocatoria de huelga indefinida en los transportes a partir del próximo 12 de octubre.

Tras conocer los retoques anunciados por el Elíseo, el máximo dirigente de la CGT -el principal sindicato del país-, Bernard Thibault, ya ha señalado que los cambios no son "de naturaleza suficiente como para modificar las críticas" a la reforma, que sigue siendo "todavía muy mala".