La Fundación Vicente Ferrer busca cimentar su futuro con el Nobel de la Paz
- Su candidatura es un reconocimiento a la inmensa labor de su fundador
- El premio sería un impulso para llegar a más zonas devastadas por la pobreza
En uno de los pueblos que visitamos el pasado mes de junio en la región de Anantapur conocimos a un grupo de discapacitados, sordos, ciegos, algunos sin piernas. Nos esperaban ilusionados para contarnos cómo habían cambiado sus vidas desde que la Fundación Vicente Ferrer trabajaba en su pueblo.
Ahora, nos decían, juntos nos sentimos fuertes y ya no dejamos que nadie nos llame por nuestra discapacidad, ya no somos el lisiado, o el cegato, nos llaman por nuestro nombre y como trabajamos en talleres nuestras familias no nos ven como una carga, alguno incluso nos hemos sacado el graduado escolar.
Su imagen, el orgullo con el que nos contaban su historia de superación es difícil de olvidar. Y es que el proyecto de desarrollo integral que defiende la Fundación Vicente Ferrer no sólo ha conseguido sacar del olvido y de la extrema pobreza a las castas mas bajas, les ha dado además los medios para organizarse, para recuperar su dignidad y ser capaces de planificar su futuro.
Lo que empezó en 1969 como el sueño de un visionario, Vicente Ferrer, el hombre que nunca dejó de creer que la pobreza se puede erradicar desde la acción, se ha convertido hoy en una gran ONG, con un equipo de 1.800 trabajadores, que atiende a mas de dos millones y medio de personas.
Sus proyectos en educación, sanidad, vivienda, agricultura, mujer, discapacidad, han cambiado por completo la vida de 2.300 pueblos.
Su objetivo ha sido siempre buscar la transformación social sin limitaciones de tiempo, ir creando comunidades fuertes, capaces de proteger a las personas ante el hambre, la sequía o la enfermedad.
Su legado continúa
Un proceso de transformación integral que ha demostrado ser efectivo y que ahora siguen impulsando su mujer Anne, su gran colaboradora, y su hijo Moncho para llegar cada vez a más pueblos, a más personas.
“Vicente nos dijo que los españoles no eran conscientes del gran milagro que habían realizado“
Cuando conocimos a Vicente en un viaje anterior que realizamos en 2006 nos dijo que los españoles no eran conscientes del gran milagro que habían realizado en Anantapur. Los apadrinamientos que se hacen desde España son su principal fuente de financiación.
¿Esas pequeñas cantidades ¿nos decía- aquí se multiplican y el milagro del bien se extiende¿. Ese ha sido también el objetivo de quienes desde España han trabajado duro los últimos meses para impulsar la candidatura de la Fundación al Premio Nobel.
No se trata sólo de obtener un reconocimiento a una gran obra, sino sobre todo de buscar un nuevo impulso para extender el proyecto a otros muchos lugares donde la pobreza no puede esperar mas.