El jurado de los Nobel reta a China al premiar al disidente Liu Xiaobo
- El Gobierno chino había amenazado con consecuencias
- Liu está encarcelado desde diciembre por un manifiesto democrático
- El comité le premia por su trabajo "no violento" por los Derechos Humanos
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El disidente chino Liu Xiaobo ha sido galardonado con el premio Nobel de la Paz en 2010, lo que le convierte en el primer galardonado chino de la historia en una decisión que es un reto directo a Pekín, que ha calificado de "blasfema" la decisión del comité noruego que concede el galardón.
Es más, en su declaración, el Instituto Nobel no ha dudado en pedir a China "un aumento de responsabilidad" en la escena global tras su avance económico "sin igual", y ha acusado directamente al gobierno asiático de incumplir tratados internacionales sobre libertad de expresión y derechos humanos.
"El artículo 35 de la constitución china asegura que los ciudadanos de la República Popular disfrutan de libertad de expresión, prensa, reunión, asociación y manifestación. Estas libertades se han visto claramente recortadas en la práctica para los ciudadanos chinos", subraya el comité Nobel en una declaración que puede enfurecer a Pekín.
Lo cierto es que un portavoz del ministro de Exteriores chino ya había alertado de que las relaciones bilateras con Noruega estaban en riesgo y ha denunciado que "sus actos están en completa contradicción con el objetivo del premio Nobel de la paz".
El primer ministro noruego, Jan Stoltenberg, no ha dudado en felicitar al disidente "por su compromiso con la democracia y los derechos humanos".
Liu, profesor de la Universidad de Pekín de 54 años, ha colaborado además en la elaboración de diversos manifiestos de artistas y activistas chinos a favor de los Derechos Humanos, algo que le valió una condena de once años de cárcel y otra de dos años de privación de derechos civiles.
Al comunicar este viernes su fallo desde su sede noruega, el Instituto Nobel ha precisado que Liu, actualmente encarcelado en su país, obtuvo el premio "por su largo trabajo no violento a favor de los Derechos Humanos en China".
"Liu se ha convertido en el símbolo más claro de la amplia lucha por los Derechos Humanos en China", ha declarado el Instituto Nobel.
Portavoz de los derechos humanos
"En las últimas dos décadas, Liu Xiaobo ha sido un gran portavoz a favor de la aplicación de los Derechos Humanos fundamentales en China", ha explicado la institución, que ha subrayado la participación del galardonado en las protestas democráticas de Tiananmen, que terminaron en una masacre.
"Liu ha mantenido que su condena viola tanto la propia constitución china como los derechos humanos fundamentales", subraya el comunicado.
El Instituto argumenta asimismo que China ha logrado un avance económico "sin igual" en las últimas décadas y adquirido una gran relevancia internacional, lo que lleva aparejado un "aumento de responsabilidad" en la escena global.
En este sentido, ha agregado que el Gobierno chino está violando varios acuerdos internacionales que ha ratificado y que incumple algunos artículos de su constitución ligados a los derechos políticos de sus ciudadanos.
La candidatura del activista había sido promocionada por el ex presidente checo, Vaclav Havel y el premio Nobel Desmond Tutu y se había convertido en el favorito en todas las apuestas.
Xiaobo se había convertido en un favorito recurrente en los últimos años, especialmente en 2008, cuando las protestas por las violaciones de derchos humanos cobraron especial actualidad coincidiendo con los Juegos Olímpicos.
Dudas sobre el Nobel
Por eso y por las posibles consecuencias diplomáticas, expertos habían considerado improbable la elección de Xiaobo, en un año en el que el comité de los Nobel se esperaba que buscase una opción menos polémica tras la elección del presidente de EE.UU., Barack Obama.
En este sentido, algunos analistas consideran que el comité del Nobel se ha extralimitado al dar el galardón a un defensor de los derechos humanos y la libertad de expresión, cuando el objetivo real de los premios es la promoción de la paz.
En respuesta a estas dudas, el Instituto ha asegurado haber "deliberado largamente antes de tomar esta decisión que conecta los Derechos Humanos y la paz".
Sea como fuere, este premio Nobel será respondido a buen seguro con firmeza por las autoridades de Pekín, que ya tuvieron que soportar el premio al Dalai Lama en el año 89.
El premio Nobel está valorado en 10 millones de coronas suecas (1,1 millones de euros) y será entregado en Oslo el próximo 10 de diciembre, coincidiendo con el aniverario de la muerte de su fundador.
El problema es que Liu está encarcelado, por lo que queda la duda de quién ira a recoger el galardón.
"No lo sabemos todavía, No es una cosa que tengamos en cuenta cuando elegimos al laureado", ha declarado el portavoz del comité, que le ha pedido a las autoridades chinas que le retienen que le comuniquen el premio, ya que no se han podido poner en contacto ni con él ni con su esposa, bajo arresto domiciliario.