A ellos también se les pasa el arroz
- El 'reloj biológico' de los hombres también se pone en marcha con los años
- La pérdida de calidad del esperma es gradual, no tan abrupta como las mujers
- A medida que se hacen mayores es más difícil que puedan fecundar un óvulo
Ciencia al cubo
El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a jueves a las 15: 42; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55
Las mujeres mayores de 30 años suelen tener prisa por procrear. Saben, como ha confirmado la ciencia, que a partir de los 35 aumenta el riesgo de abortos espontáneos, de hemorragias y de que el bebé nazca con defectos cromosómicos.
Así, el llamado 'reloj biológico se ha puesto en marcha' o como vulgarmente se dice, se le empieza a 'pasar el arroz'. Bueno, pues hay estudios que concluyen que a ellos también les pasa.
A medida que los hombres se hacen más mayores la calidad de su esperma disminuye y por lo tanto es más difícil que fecunden un óvulo. Un estudio realizado por científicos estadounidenses del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore y de la Universidad de California (Berkeley).
Población del estudio
Analizaron el esperma de 97 hombres sanos y no fumadores de entre 22 y 80 años. Observaron que con la edad aumentaba la fragmentación del ADN de los espermatozoides, y disminuía su capacidad para ir en línea recta lo que afecta a las posibilidades de fertilización y aumenta las posibilidades de tener un hijo con defectos genéticos.
La pérdida de calidad del esperma es, según explican los científicos, gradual. No es tan abrupta como la de las mujeres, que comienza a los 35 sino que, empieza en los primeros años reproductivos y avanza paulatinamente a medida que pasan los años, como recoge la publicación PNAS.
Y es que la carrera hacia el óvulo no es nada fácil. Los espermatozoides han de estar muy en forma. De los más de 200 millones que hay en una eyaculación sólo uno (o dos) llegará a su destino. Otras veces no llega ninguno.
La carrera de los espermatozoides
La carrera hasta llegar al óvulo es de 15 a 18 centímetros. Los espermatozoides solo sobreviven ahí dentro, en la vagina, entre 2 y 5 días. Es una buena marca, pero han de coincidir con el óvulo, que sólo sobrevive 24 horas.
Muchos de ellos, una media del 50% suelen sufrir malformaciones (tienen dos colas, o la cabeza muy grande, o dos cabezas, o ninguna cola) y suelen morir por el camino y son devorados por los fagocitos.
De los que quedan, algunos son atacados por los glóbulos blancos de la mujer que los ven como intrusos. Por otra parte, hasta que no pasa un tiempo desde su llegada, la vagina no es amigable con los espermatozoides y su entorno ácido acaba con algunos.
Tanto es así que para cuando llegan a la trompa de Falopio solo quedan unos miles. Sólo llegan al óvulo una escasa decena. Y entonces el más fuerte o el que tenga más suerte ganará y fecundará.
CIENCIA AL CUBO
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