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48 horas para culminar la madre de los rescates

  • Los mineros saldrán uno a uno de una cápsula minúscula
  • El proceso entero durará casi una hora para cada uno
  • Se cierra así un rescate que ha llenado de orgullo a Chile
  • La atención mediática se acumula sobre el 'reality show' de la mina

Ver más: Especial rescate mineros en Chile

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El derrumbe en la mina San José se produjo el 5 de agosto

Debajo del casco, tras las gafas oscuras y la mascarilla de oxígeno, latiendo por el cinturón biométrico y oyendo el rechinar de una cápsula de apenas el ancho de sus hombros, cada uno de los 33 hombres atrapados en la mina chilena de San José experimentará durante unos minutos algo único: el ascenso de la muerte a la vida tras 68 días en el purgatorio.

Lo harán a un metro por segundo, como una caminata a cámara lenta que transportará la cápsula de 53 centímetros de diámetro por un túnel de 622 metros. La salida de cada minero tardará unos 55 minutos. El Gobierno quiere tener a todos fuera de la mina en 48 horas.

Luego, en la superficie, el tiempo detenido de repente se acelerará. La luz cegará sus ojos junto a los flashes de los fotógrafos mientras escucharán los gritos de alegría de los familiares que esperan en el campamento Esperanza.

Recibirán el abrazo y el saludo del presidente de Chile, Sebastián Piñera, el del ministro de Minas, Laurence Golborne, tal vez el del líder boliviano, Evo Morales, que acudirá a recibir a Carlos Mamani, su compatriota atrapado.

¿Quién sale antes?

Serán revisados por los médicos un instante, se encontrarán durante un momento con familia antes de ser trasladado en helicóptero al hospital de Copiapó, donde pasarán dos días antes de empezar su nueva vida...pero antes tienen que decidir quién sale.

"No quiere ser el primero porque tiene miedo. Ninguno quiere salir el primero. Imagínate tener que subir 700 metros", explicaba Alberto Segovia, hermano de Dario Segovia,  a AFP.

Disputa de los mineros chilenos

"Ninguno quiere salir el primero o el último. Quieren salir juntos", añadía Alberto Ávalos, tío de otros dos mineros atrapados, Florencio y Hernán Avalos.

Finalmente el primero de los mineros que saldrá a la superficie ha sido Florián Avalos, el segundo de a bordo. Le ha seguido Mario Sepúlveda, el 'animador' del grupo que presentaba los vídeos en los que se grababan los mineros.

Luis Urzúa, jefe de turno y líder del grupo durante el encierro será el último.

Cuando Urzúa haga el último viaje dejará atrás una montaña rusa de sensaciones: desde la desolación por el accidente trágico que los sepultó en vida el 5 de agosto, pasando por la agonía de los 17 días sin contacto con la superficie, la alegría de su descubrimiento milagroso y la espera tensa del rescate, que al final ha sido más rápido de lo previsto.

Como recuerda ahora el ministro de Minas, la sensación aquellos primeros días de encierro, cuando no se sabía nada de los mineros, era muy distinta, de "un nivel de dramatismo y dolor que yo no he experimentado en mi vida".

Esos días, en los que se dio casi por perdidos a los 33 mineros, forjaron las relaciones de confianza entre los familiares, los técnicos y las autoridades, que estallaron de felicidad el 22 de agosto, cuando una nota manuscrita con una simple frase "Estamos vivos", cautivó a todo el país.

Orgullo nacional

Desde entonces, Chile vuelve a vivir el renacimiento de un orgullo nacional alicaído tras el terremoto sufrido a principios de año.

"Hay un verdadero renacimiento no sólo para los 33 mineros sino que también para el espíritu de unidad, fuerza, fe y esperanza de Chile", ha declarado Piñera, que ha capitaneado las tareas de rescate y ha visto cómo su popularidad se ha disparado en las últimas semanas.

Ese orgullo se ha cimentado no solo en el impulso político de Piñera y Golborne, sino especialmente en la labor de los técnicos, que han conseguido desarrollar un complicado rescate en el que han barajado hasta tres soluciones alternativas.

Finalmente, la triunfadora ha sido el llamado Plan B, que en solo 33 días consiguió realizar el túnel de 66 centímetros por el que ascenderá la cápsula Fénix, que hará 'renacer' a los mineros.

La excavadora T-130 salía entre vítores de la mina San José este lunes mientras su técnicos eran recibidos como héroes por los habitantes del campamento Esperanza.

"Es de lejos el trabajo más importante que he realizado", asegura Jeff Hart, un americano que vino específicamente para ayudar a la excavación del túnel.

"Es muy emotivo, la cosa más bella de todas, la unión de las familias y los trabajadores. Es una cosa que quedará en la historia de Chile", añade Luis Badilla, otro de los trabajadores, a AFP.

Lo cierto es que el propio Campamento Esperanza debe su nombre a las máquinas, tal y como recuerda Cristina Núñez, esposa de Claudio Yáñez, uno de los 33.

Porque hasta ese momento, como recordaba el ministro Golborne, la esperanza era lo contrario a lo que recorría el campamento.

Los días siguientes al 5 de agosto un puñado de familiares se instalaron pensando que en dos días tendrían a sus mineros. Luego aguantaron como pudieron para evitar un olvido de las autoridades antes de la nota que confirmaba la supervivencia de los 33.

"En un momento dado, pensamos que si como familiares bajábamos la guardia, podría producirse el abandono. Si no hubiésemos estado en guardia, el tema podría haber sido muy diferente", reflexiona ahora María Segovia,  la 'alcaldesa' del campamento y hermana del minero Darío Segovia.

Show mediático

Ahora el panorama es muy diferente: el campamento Esperanza se ha convertido en el centro de la atención mediática mundial, con más de 1.000 personas viviendo allí, especialmente periodistas de todo el mundo atraídos por la epopeya de los 33.

"Es un cuento en el que la narración se sigue, una historia en desarrollo que tiene todos los elementos de una novela épica", considera Mauricio Tolosa, de la Fundación de Comunicación de Santiago, en Chile.

Tolosa cree que el rescate tiene todo lo bueno de un reality-show, ya que hay un grupo de personas encerradas, una cámara que les sigue e imágenes seleccionadas, pero también evita lo malo: no se conocen conflictos entre los mineros.

La historia ha atraído a cantantes como Juanes, a jugadores de fútbol como Villa e incluso ha supuesto que el Papa les transmita una bendición.

Los 33 mineros atrapados en un yacimiento al norte de Chile han recibido un regalo muy especial de parte del 'Guaje' Villa.

Además, un cineasta chileno, Rodrigo Ortuzar, quiere hacer una película sobre la historia y Víctor Segovia, uno de los mineros encerrados, ha anunciado su intención de escribir un libro sobre la experiencia.

Y es que, cuando salgan del hospital y vuelvan a sus casas, "los 33" se darán cuenta de que su nueva vida no será como la anterior. Pero esa es otra historia.