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El bloqueo de las refinerías francesas agita el fantasma del desabastecimiento

  • Unas 150 gasolineras de Total están cerradas o les falta suministro
  • El oleoducto de los aeropuertos parisionos no funciona

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Las refinerías francesas continúan bloqueadas por los sindicatos

La huelga contra la reforma de las pensiones en Francia perdía fuerza de nuevo en los ferrocarriles y en los transportes urbanos, donde se prolonga desde el martes, mientras continúan los bloqueos en las doce las refinerías del país y comienzan los problemas de desabastecimiento.

El consumo de carburantes ha subido un 50% en Francia en la última semana y, ante el miedo a que haya escasez, el Gobierno ha autorizado a las petroleras que usen sus reservas para abastecer a los clientes, algo que no afecta a las reservas estratégicas, que sólo se activan en casos de crisis internacional.

Las autoridades galas han asegurado que la escasez de los combustibles "todavía está lejana" pero el oleoducto que proporciona carburante a los aeropuertos de París no funcionaba esta mañana por falta de suministro, según Trapil que gestiona esta infraestructura.

Bloqueos en refinerías

Esta mañana las fuerzas del orden levantaron los bloqueos que mantenían grupos de huelguistas en los depósitos petroleros de Fos sur Mer, junto a Marsella, y los de Bassens, en la periferia de Burdeos. Mientras que las dos refinerías que todavía no secundaban el paro, la de Esso en Gravenchon y la de Petroplus en Reichtett, se han sumado a la movilización.

El grupo petrolero Total, que gestiona la mayor red de estaciones de servicio en territorio francés, ha confirmado que "unas 150 gasolineras están cerradas o sufren desabastecimiento de determinados productos". Las 460 estaciones de servicio de BP están abiertas a mediodía pero "a algunas pueden faltarles determinados combustibles", según el responsable de comunicación de la compañía, Erick Briet.

La Unión de Importadores independientes Petroleros (UIP) cifra en "centenares" las gasolineras afectadas pero afirma que es "menos del 10%" de las 12.500 estaciones de servicio francesas.

Menos huelguistas

La Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) ha señalado que el número de trenes que iban a circular es superior al que lo hicieron ayer, con una media de dos tercios de los trenes de alta velocidad (TGV) con salida o llegada en París, la mitad de los otros convoyes de largo recorrido, los regionales y los cercanías.

Anoche no funcionaron los trenes que conectan París con Barcelona y Madrid, ni los que desde la capital catalana se dirigen a Italia y Suiza, y hasta esta tarde, una vez que se celebren las asambleas generales para decidir si el paro continúa, no se sabrá si estarán en servicio esta noche.

La dirección de la empresa ferroviaria había contabilizado ayer un 20,3% de huelguistas (un 31,25% el principal sindicato, la CGT), cifra inferior a la del 24% del miércoles y, sobre todo, al 40% del martes.

De forma simultánea, el principal sindicato de los transportistas, la CFDT, ha lanzado un llamamiento para organizar bloqueos en las carreteras y las llamadas "operaciones caracol" con camiones que ralentizan la circulación en los principales ejes viarios.

Los estudiantes en la calle

El otro gran frente que tiene abierto Sarkozy, mientras el Senado continúa la tramitación del proyecto de ley sobre las pensiones que aumenta la edad voluntaria de jubilación de 60 a 62 años y de 65 a 67 años para cobrar una pensión completa -el voto definitivo debería producirse el miércoles próximo- es la incorporación de muchos estudiantes a las protestas, con manifestaciones que ayer causaron incidentes y heridos en varias ciudades de Francia.

Según el Ministerio de Educación, ayer había 340 centros de enseñanza secundaria afectados por estas movilizaciones, aunque los sindicatos de estudiantes aseguraban que eran más de 500. Este viernes la cifra oficial es de 300, lo que supone el 7% de los liceos.

En vísperas de una nueva jornada de manifestaciones mañana, sábado, y de una nueva huelga general convocada el martes de la semana que viene, la líder del Partido Socialista, Martine Aubry, pidió al presidente francés que suspenda la reforma para modificar su contenido, que considera injusto.