'El sueño de las manzanas', soñando a Lorca
- Baraka Teatro indaga en los textos menos conocidos del granadino
- Está hasta el 31 de octubre en la Sala Pequeña del Teatro Español
Hace unos años comenzó el sueño, realizable, de hacer compañía a partir de una red de intercambios teatrales entre Reino Unido y España. Nació Baraka Teatro y la salmantina María Caudevilla fue comprobando cómo se hacía tangible su idea de tejer una red escénica a partir de las fuerzas y conocimientos de otros amantes del teatro.
Caudevilla, actriz, directora, dramaturga, productora y soñadora, tenía un desafío pendiente: devolver las aportaciones de todos por medio de un proyecto reconvertido en barco que todavía debe llegar a muchos puertos.
Ya llevan años de fructífera travesía: en una de sus escalas les esperaba un poeta de Orihuela que vio cómo desembarcaba Miguel Hernández, labrador del viento (premio a la Creación Contemporánea, continúa su gira por España e Inglaterra); en otro embarcadero, estaba él, Federico García Lorca.
A través de su obra y también de su vida, el alma del granadino se coló en el ideario de esta formación -El amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín hizo mella en Caudevilla-.
Los miembros de Baraka -que recuerda mucho a aquella barraca lorquiana-, con distintas maneras de concebir la interpretación y su diversa procedencia, desde el Mediterráneo hasta Londres, enriquecen el trabajo de creación colectiva, siempre guiado por una creadora idealista, que no coarta sino que invita a su equipo a seguir experimentando, sin dejar de descubrir, de jugar con nuevos matices.
Meter Nueva York en una sala
Baraka es sinónimo de un teatro de visiones, emociones y sensaciones que busca que el espectador sea partícipe del sueño e intérprete. Imaginar con los ojos abiertos es lo que nos proponen los cinco intérpretes a partir de un texto que se acompaña de recursos teatrales, coreografías milimetradas, una acertada partitura musical y la iluminación capaz de hacernos llegar al detalle.
El sueño de las manzanas es el juego de los contadores de historias, como los actores Luis Escudero, José Manjón, Ana María Montero, Sara Montgomery Campbell y Roberto Yagüe, a partir de mínimos aunque precisos elementos.
Con muy poquito pretenden transmitir mucho y lo consiguen gracias a su capacidad para hacernos imaginar: meten los rascacielos de Nueva York en la sala, presentan a dos amantes que son uno, nos hacen sentir el mar muy cerca, nos transportan hasta un patio con chopos que nos resulta conocido...
Todo a partir de la palabra, en forma de teatro, poesía, carta o canción: el verbo cobra vida y se convierte en sueño agradable en el que nos vamos a mantener despiertos gracias a una gran propuesta de montaje en pequeño formato.