Morales admite por primera vez que sus cocaleros desvían producción al narcotráfico
- El presidente de Bolivia apela a la "conciencia" de los agricultores
- El mandatario, que pretende más control, está presionado por el sector
El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha aceptado por primera vez que los sindicatos de productores de coca que él dirige desvían parte de su producción al narcotráfico y aumentan sus cultivos de la hoja al margen de los acuerdos firmados.
En la inauguración de un congreso de campesinos este sábado en la zona del Chapare, sede de los sindicatos que lo llevaron al poder, Morales ha regañado a sus bases porque con su actitud pueden "desprestigiar" a su Gobierno.
"Compañeros: ustedes saben que una parte de nuestra coca desvían al problema ilegal (sic). Si toda nuestra coca tuviera mercado legal, para qué vamos a estar hablando de un cato", ha dicho el mandatario, visiblemente molesto.
El cato de coca es una parcela controlada de 1.600 metros cuadrados cultivados, que puede poseer cada familia campesina en el Chapare, centro de Bolivia.
También ha dicho que está "en la conciencia" de los campesinos que su producción no llegue a los mercados oficiales, en alusión al desvío al narcotráfico.
Presiones múltiples
Morales también ha criticado que para aumentar su producción, los cocaleros han llegado a inscribir a niños como propietarios de las parcelas.
El mandatario ha recordado que en el 2004 lograron que el entonces presidente Carlos Mesa aceptase la siembra de 3.200 hectáreas en el Chapare, superficie que pasó a 7.000 al subir él al poder en el 2006, pero que no puede haber más. En el conjunto del país, el Gobierno maneja un proyecto que incluye una producción controlada de 20.000 hectáreas de coca.
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodoc), en el 2009 las plantaciones de coca en Bolivia llegaron a 30.900 de hectáreas, un 1% más que el año anterior. EE.UU. habla por su parte de un incremento mayor, de hasta el 10%.
Morales, que ha pedido en la ONU la despenalización del consumo de coca, se encuentra no sólo presionado por sus afines en esta región, sino por otro importante sindicato de cocaleros que no controla.
En concreto, los productores de los Yungas (departamento de La Paz), donde se cultivan 12.000 hectáreas, mantienen un bloqueo de carreteras desde hace cinco días para pedir que Morales desista en su intención de controlar el comercio de la hoja en esa zona.