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Cinco meses de cárcel para uno de los soldados acusados de robar en la 'Flotilla de la Libertad'

  • Además ha sido expulsado del curso de oficiales en el que participaba
  • Se le acusa de robar un portátil, dos lentes fotográficas y una brújula

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Un tribunal militar israelí ha condenado este lunes a cinco meses de prisión a un soldado que robó un ordenador portátil y varios dispositivos ópticos a los activistas internacionales que participaron en la Flotilla de la Libertad el pasado 31 de mayo.

El soldado, al que sólo se le ha identificado por la inicial de su nombre, "G", ha sido también expulsado del curso de oficiales en el que participaba y multado con 700 shékels (unos 140 euros), según informa la edición online del diario Yediot Aharonot.

El peor castigo para el soldado

Se trata del primer caso en que un soldado israelí es procesado por el asalto a la Flotilla de la Libertad, en el que murieron nueve activistas turcos por disparos de los comandos de élite que tomaron la nave principal, la Mavi Marmara.

La Flotilla se dirigía a Gaza con ayuda humanitaria para la población palestina y la intención de romper el bloqueo que Israel impone a la franja desde 2007.

En concreto, el militar pertenece a una de las unidades que evacuaron el barco después de ser arrastrado hasta el puerto israelí de Ashdod.

Según las acusaciones, de las que el soldado se declaró culpable sin necesidad de juicio, robó un ordenador portátil, dos lentes de cámara fotográfica y una brújula.

"El peor castigo es que me han expulsado del curso de oficiales", ha declarado el soldado degradado a los tres jueces de la corte militar, ante la que también ha expresado su arrepentimiento por "la imagen que he dado ante la opinión pública mundial".

Los hechos

Tras el ataque contra la flotilla, los activistas fueron trasladados al puerto de Ashdod, al sur de Tel Aviv, y sus pertenencias confiscadas por el Ejército y la Policía.

Fue entonces cuando surgieron las primeras denuncias de algunos activistas sobre que no habían recibido de vuelta sus pertenencias o, incluso, que se había usado la tarjeta de crédito de un periodista de nacionalidad italiana que iba en el barco.

Tras las primeras denuncias e investigaciones,  las sospechas se centraron en cuatro soldados, algo que generó que un oficial de alto rango del Ejército israelí declarara al Yediot Aharonot: "tal y como está la situación en estos momentos será embarazosa y bochornosa. Estos son soldados que no entienden lo que representa el uniforme que visten".