Los franceses repiten la participación récord en las marchas contra la reforma de las pensiones
- Los sindicatos calculan que 3,5 millones de personas han salido a las calles
- Interior recorta esa cifra a algo más un millón de manifestantes
- Ambas estimaciones son similares a las realizadas en las marchas del día 12
- En la última semana más de mil personas han sido detenidas por vandalismo
La participación en las manifestaciones celebradas hasta mediodía en Francia contra la reforma de las pensiones del Gobierno de Nicolas Sarkozy, en la novena jornada de movilización general contra el proyecto, ha sido de 3,5 millones de personas, según la CGT, el principal sindicato francés que estima que la participación se ha mantenido en el mismo nivel que en la marcha del 12 de octubre.
Esa cifra se reduce hasta un 1,1 millón de personas en el cálculo del Ministerio de Interior. La asistencia es "ligeramente inferior", subraya el Gobierno francés, que en la última jornada de huelga, el pasado martes, cuando el Ministerio de Interior estimó en 1,2 millones los asistentes a las marchas convocadas en todo el país, un récord de participación en las movilizaciones contra la reforma de las pensiones.
En la manifestación de la capital francesa, la asistencia es de 60.000 personas, según la policía, aunque los sindicatos convocantes elevan la cifra a 330.000 personas, lo que representa una afluencia similar a la del pasado 12 de octubre.
Esta diferencia a la baja respecto a anteriores manifestaciones ha llevado al primer ministro francés, François Fillon, a declarar que el movimiento social contra la reforma de las pensiones "ha llegado a su límite y comienza a desinflarse", aunque ha destacado que, paralelamente, "se radicaliza".
La reforma de las pensiones, que contempla elevar la edad de jubilación de los 60 a los 62 años y hasta los 67 años el umbral para cobrar la pensión máxima, ha suscitado una serie de protestas que se han recrudecido esta semana, en la que el Senado francés debe aprobar de forma definitiva la iniciativa.
Más de mil detenidos
Interior asegura que en siete días han sido detenidas más de mil personas como presuntas responsables de actos vandálicos, muchos de ellos vinculados a protestas de estudiantes, que durante esta mañana han protagonizado numerosos actos reivindicativos por todo el país.
Las refinerías y los depósitos de combustible llevan varios días bloqueados, de forma que unas 2.500 gasolineras de las 12.500 con las que cuenta el país sufren problemas de abastecimiento. En vista de la complicada situación de aprovisionamiento de combustible, el primer ministro, François Fillon, ha anunciado una reunión a primera hora de la tarde de responsables del Gobierno para intentar restablecer el suministro.
Sin embargo, Fillon ha reconocido que la normalidad sólo podrá volver dentro de unos cuatro o cinco días, que es el plazo que estimó hará falta para que los suministros de combustibles lleguen a los cientos de gasolineras sin existencias.
Los transportes también están afectados, con paros en el sector ferroviario y problemas en las carreteras, donde los camioneros dificultan intencionadamente el tráfico. Las compañías aéreas han cancelado 180 vuelos entre los aeropuertos españoles y los europeos debido a que los controladores aéreos secundan el paro. Según los últimos datos de AENA, hasta las 19:00 h se habían anulado 54 vuelos con Francia y 126 con otros puntos de Europa.
Sarkozy toma las riendas
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha anunciado que va a intervenir personalmente para remediar la escasez de carburante. En Deauville, Sarkozy dice que comprende "la inquietud" que ha generado la reforma de las pensiones, insiste en que la oposición tiene derecho a manifestarse "sin violencia" y reitera que no dará marcha atrás porque el déficit actual "no puede durar".
“El mayor desvío sería no cumplir con mi deber“
"El mayor desvío sería no cumplir con mi deber", ha contestado Sarkozy al ser preguntado al término de una cumbre con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente ruso, Dmitri Medvédev, sobre si no temía una radicalización de los opositores al retraso en dos años de la edad de jubilación.
El presidente francés señala que a su vuelta a París esta tarde se ocupará de resolver la cuestión de que "hay gente que quiere trabajar" y "no puede estar privada de combustible".
Sobre las pensiones, subraya que "había reflexionado mucho" antes de iniciar una reforma que "no podía retrasarse más", teniendo en cuenta que ya actualmente una de cada diez pensiones se tiene que financiar con deuda, ya que las cotizaciones de los trabajadores no son suficientes.