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Declaran culpable de asesinato a la belga que saboteó el paracaídas de su rival amorosa

  • La mujer compartía amante, el instructor de paracaidismo, con la fallecida
  • Está acusada matar a la mujer, al manipular su paracaidas

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La joven Els Clottemans, acusada de sabotear el paracaídas de su rival amorosa, ha sido declarada culpable de un delito de asesinato con premeditación por un jurado popular en Tongeren, en el noreste de Bélgica.

Clottemans, de 26 años y contra la que la Fiscalía no había podido reunir ninguna prueba incriminatoria pese a ser la única sospechosa del caso, compartía amante con la fallecida, el instructor de paracaidismo de ambas.

El jurado ha deliberado durante más de cuatro horas tras escuchar el último turno de palabra de Clottemans, quien ha aprovechado para reiterar su inocencia en un caso que ha levantado gran expectación en Bélgica.

"Soy inocente de verdad. Desde el principio me han acusado de algo horrible que no he cometido", ha afirmado Clottemans en su último alegato, palabras que no han escuchado los dos hijos de la fallecida, quienes, como siempre que intervenía la acusada en el juicio, han abandonado la sala.

Está previsto que en las próximas horas se conozca la pena de privación de libertad que deberá cumplir la condenada, quien ha estado en prisión provisional desde que se produjeron los hechos en 2006.

Grabó su propia muerte sin saberlo

La presunta asesina saltó del mismo avión solo unos segundos después que la ahora fallecida, quien grabó con una cámara frontal y sin preverlo sus gritos de horror durante una caída al vacío desde una altura de 4.000 metros que terminó con un golpe seco contra el suelo.

La víctima, Els Van Doren, de 37 años, casada y con dos hijos, no pudo abrir ni su paracaídas principal ni el de reserva porque alguien "con conocimientos sobre paracaidismo" los había saboteado, ha afirmado un experto en el juicio.

Las dos mujeres habían compartido durante más de un año amante, el instructor de paracaidismo Marcel Simons, por lo que la Justicia cree que el triángulo amoroso y los celos de Clottemans al enterarse de que su mejor amiga mantenía una relación con el mismo hombre motivaron el asesinato.

Clottemans explicó en su primer testimonio ante el tribunal que sus kilos de más le habían producido muchos complejos, defectos que la relación con el instructor le había hecho olvidar, y reconoció: "estar con él daba sentido a mi existencia".