Zapatero rompe el equilibrio entre sexos en su Gobierno para lograr más peso político
- El presidente hace su primer gabinete con más hombres que mujeres
- Además, su número 2 ya no será una mujer
- El nuevo equipo de comunicación cuenta con décadas de experiencia
- Vivienda e Igualdad, dos ministerios 'made in Zapatero' se quedan en el camino
Ver también: Ver también: Nuevo Gobierno de Zapatero
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El 17 de abril de 2004 José Luis Rodríguez Zapatero hacía historia al presentar el primer Gobierno con un 50% de mujeres de la historia de España, haciendo honor a una promesa electoral que siempre ha cumplido... hasta ahora.
Desde entonces, las siete remodelaciones de Gobierno no hicieron más que profundizar en esa misma paridad, con nueve hombres -incluido el presidente- y nueve mujeres, y además con una mujer como la número 2 de su ejecutivo, lo que le daba un carácter cualitativo al simple porcentaje cuantitativo del 50%.
A partir del 20 de octubre de 2010, Zapatero emprenderá la recta final de su segundo mandato con la ruptura de ambas paridades: habrá más hombres que mujeres (nueve frente a siete) y colocará como portavoz y su mano derecha a un hombre, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Lo hará además contradiciendo sus palabras en las semanas previas a este seísmo político: en varias entrevistas concedidas este mes, el presidente del Gobierno insistió en que su remodelación sería limitada al Ministerio de Trabajo, que dejaba Celestino Corbacho para concurrir a las elecciones catalanas, y que en todo caso se respetaría la regla de la paridad.
Sin embargo, la realidad ha sido finalmente muy distinta: la crisis limitada se ha convertido en una reforma profunda del Consejo de Ministros en la que carteras clave cambian de manos en la que se queda por el camino el compromiso electoral de la paridad.
Además, a pesar de la "huella" que considera que ha dejado María Teresa Fernández de la Vega, le ha sustituido por un clásico del partido, que lleva 20 años en primera línea política y con un perfil más asentado dentro del Partido Socialista.
Eso sí, el nuevo ejecutivo respetará la Ley de Igualdad, ya que tendrá un 60% de hombres por un 40% de mujeres, por lo que sí será técnicamente paritario.
Dos ministerios 'made in Zapatero'
El fin de la paridad llega fruto también de otra decisión de alto valor simbólico: la supresión de dos ministerios creados por primera vez por Zapatero, Vivienda e Igualdad, que además suponían una bandera política del propio presidente socialista.
El Ministerio de Vivienda fue creado en 2004 con el objetivo de fomentar el acceso a los jóvenes a la vivienda, uno de los compromisos del Gobierno en plena burbuja inmobiliaria.
Mientras, el de Igualdad, fue fruto de la segunda victoria electoral y tenía como objetivo aprobar una nueva ley del aborto, fortalecer la lucha contra la violencia de género y canalizar la aplicación de la ley de igualdad.
Peso político
Ambos departamentos se suprimen para integrarse en los departamentos que dirigirán José Blanco, vicesecretario general del PSOE, y Leire Pajín, ex secretaria de Organización, en lo que simboliza otro de los cambios en este gobierno: un acentuado peso político, con la entrada de pesos pesados del partido e incluso de la UGT, así como personas con una trayectoria vinculada a la izquierda, como Rosa Aguilar.
Para comprobarlo, solo dos datos. Los hombres que llevarán el peso de la comunicación de la acción política del Gobierno, Rubalcaba y Jaúregui, llevan más de tres décadas como afiliados al partido. El socialista vasco desde 1973; Rubalcaba lo hizo un año después.
Más aún, ambos han ocupado diversos cargos de responsabilidad en los Gobiernos de Felipe González, cuando paradójicamente Rosa Aguilar, ahora ministra de Medio Ambiente, era la mano derecha de Julio Anguita en Izquierda Unida y fustigaba al ejecutivo socialista por el GAL y los casos de corrupción.
Mientras, Valeriano Gómez es un antiguo afiliado a la UGT y Trinidad Jiménez fue una de las impulsoras de la candidatura de Zapatero en el congreso socialista de 2000 y una persona de su más estrecha confianza.
Eso sí, un mayor peso político no supondrá un incremento de la media de edad: si hasta este miércoles se situaba en los 51,6 años ahora bajará ligeramente, hasta los 50,6.