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Hallan los cuerpos sin vida de los dos mineros ecuatorianos

  • Los trabajadores muertos son Ángel Vera y Pedro Mendoza

Se les buscaba desde el viernes cuando fueron atrapados por un derrumbe

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RESCATAN LOS CUERPOS DE DOS MINEROS ATRAPADOS EN ECUADOR
Patricia Gallegos, esposa del minero Ángel Vera, llora después de que los rescatistas ecuatorianos encontraran el cuerpo de su esposo.

Rescatadores ecuatorianos han encontrado el cadáver de los dos mineros que estaban atrapados desde el pasado viernes en una mina del sur del país y han logrado sacar a la superficie ambos cuerpos.

Los trabajadores muertos son Ángel Vera y Pedro Mendoza, quienes han sido hallados en una cámara a la que han llegado sus compañeros mineros tras trabajar turnos ininterrumpidos desde que ocurrió el derrumbe.

Uno de los cadáveres ha sido encontrado sin ropa y arrimado junto a una de las paredes del nivel al que han logrado acceder los rescatadores, mientras que el otro estaba semienterrado bajo escombros y maderos.

Cuatro mineros muertos

El pasado viernes, cuatro obreros fueron atrapados por un derrumbe en la mina Casa Negra, en la zona de Portovelo, en la provincia de El Oro, fronteriza con Perú.

El pasado sábado, los rescatadores encontraron dos cadáveres, de Walter Vera (hermano de Ángel) y del peruano Paúl Aguirre, que ya fue repatriado a su natal Piura.

Las autoridades ecuatorianas abrigaban este miércoles la esperanza de hallar con vida a los dos mineros atrapados, debido a que el grupo de rescatadores logró llegar al sitio del derrumbe, donde habían encontrado señales que alentaban esa posibilidad.

Por la mañana el optimismo reinaba en el campamento de rescate, tanto es así que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, viajó con urgencia hasta el lugar para reunirse con los encargados de las tareas de rescate y las familias de los trabajadores.

"Somos optimistas porque todo indica que podrían estar con vida", dijo entonces a Efe el subsecretario de Minería, Jorge Espinosa. Por su parte, Juan Cando Pacheco, gerente de Minesadco, la empresa operaria de la concesión, estimó que existía entre "un 80 y hasta uno 90 %" de probabilidades de que se encontraran con vida.

Se creía que el oxígeno llegaba a la cámara donde estaban, dado que había una vía de agua por la que entraba el aire, según explicó Espinosa.

Además, se encontraron dos de los focos que llevan los trabajadores en el casco junto a una bota de caucho, una señal usada por los mineros para indicar su ubicación. Tampoco se percibía el olor a cuerpo en descomposición que se esperaría si hubieran muerto.

Nuevo derrumbe

Esas indicaciones y la cercanía al espacio donde estaban, hacia el que los rescatistas excavaban de forma vertical desde un nivel inferior, hizo esperar una buena noticia en breve.

No obstante, la llegada a la cámara se retrasó debido a un nuevo derrumbe, que obligó a los rescatistas a salir de las galerías y posteriormente a retirar el nuevo material acumulado.

La excesiva humedad, la angostura de las galerías y la temperatura interna en la mina, de entre 35 y 40 grados centígrados, hicieron difícil la tarea, en la que se dio prioridad a "la protección de los rescatistas", según Cando Pacheco.

El Gobierno había hablado con Chile sobre la posibilidad de traer hasta Ecuador el equipo usado para liberar a los 33 mineros atrapados en ese país.

Al final concluyó que, por las condiciones geográficas de la mina, esos aparatos no agilizarían el rescate, así que fueron los mineros ecuatorianos los que, golpe a golpe, llegaron hasta sus compañeros atrapados.