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Londres anuncia un impuesto para gravar los resultados de los bancos británicos y extranjeros

  • La tasa aumentará de forma progresiva, hasta recaudar 2.800 millones de euros en 2012
  • Sustituirá a un gravámen temporal creado por el Gobierno anterior

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El Gobierno británico ha confirmado este jueves que introducirá un impuesto especial para gravar los resultados globales de los bancos locales y de los extranjeros que operen en Reino Unido. Esa tasa se aplicará de forma progresiva y, cuando esté desarrollada por completo en 2012, el Ejecutivo de David Cameron espera recaudar más de 2.800 millones de euros anuales.

El secretario financiero del Tesoro británico, Mark Hoban, ha presentado el proyecto de ley con el que se dará forma a esta nueva tasa. Según se refleja provisionalmente en el Presupuesto del Estado presentado el pasado verano -por el recién llegado Gobierno de coalición entre conservadores y liberaldemócratas-, se empezará con un gravamen en torno al 0,04% en el primer año.

"Contribución justa por el riesgo potencial que suponen"

De acuerdo con Hoban, el nuevo impuesto conseguiría dos objetivos: el primero, "asegurar que los bancos hacen una contribución justa respecto al riesgo potencial que suponen para el sistema financiero y la economía británicos", y el segundo, "incentivar que se opte por medidas de financiación menos arriesgadas".

Esta tasa sustituiría al impuesto extraordinario que aplicó a principios de este año el anterior Gobierno laborista y que ha gravado al 50% las primas del sector financiero superiores a 25.000 libras anuales (más de 28.000 euros).

Con ese impuesto temporal, se han recaudado más de 2.000 millones de libras (cerca de 2.300 millones de euros).

Impacto sobre 200 bancos extranjeros

Conforme al proyecto de ley presentado este jueves, el Tesoro podría ofrecer desgravaciones fiscales a las entidades británicas y extranjeras que afronten una doble imposición por operar también en otros países donde existe una tasa bancaria similar.

La Asociación Británica de Banqueros ha advertido que el impuesto puede tener un impacto considerable en unos 200 bancos extranjeros que operan en el Reino Unido, lo que podría ahuyentarles de ese país.

En una nota, destaca que aún no está claro cómo se va a evitar que las entidades sean gravadas en diferentes países por las mismas actividades y subraya que, hasta el momento, no hay consenso internacional (en el G-20) sobre cómo gravar las actividades bancarias.

Cantidad "patéticamente pequeña"

Por su parte, el secretario general de la confederación de sindicatos TUC, Brendan Barber, ha criticado que el Gobierno de Londres vaya a pedir una cantidad "tan patéticamente pequeña" a los bancos, cuando éstos aún están desgravando por las pérdidas acumuladas durante la crisis que fueron avaladas por el contribuyente.

Además, durante la presentación de su informe de revisión del gasto, el ministro británico de Economía, George Osborne, ha confirmado que los bancos deberán haber firmado antes de finales de noviembre un código de conducta fiscal por el que se comprometerán a no utilizar artimañas contables para eludir impuestos.

Hasta ahora, sólo cuatro de los quince bancos británicos han firmado ese documento, entre ellos, los parcialmente nacionalizados Royal Bank of Scotland y Lloyds.