Enlaces accesibilidad

Condenados a 15 años los etarras que enviaron un paquete-bomba al Grupo Correo en 2002

  • Mendizábal y Arzalluz, condenados por asesinato terrorista en grado de tentativa
  • El explosivo, dirigido al presidente del grupo, fue desactivado por la Ertzaintza

Por

La Audiencia Nacional ha condenado a 15 años de prisión a los presuntos etarras Idoia Mendizábal y Asier Arzalluz por enviar al presidente del Grupo Correo, Enrique Ybarra, un paquete-bomba que fue interceptado y desactivado por la Ertzaintza en enero de 2002.

Así lo ha acordado la sección cuarta de la sala de lo penal de este tribunal en una sentencia en la que condena a Mendizabal y Arzalluz por un delito de asesinato terrorista en grado de tentativa por estos hechos, de los que el fiscal también acusa al ex jefe militar de ETA Garikoitz Aspiazu, "Txeroki", actualmente encarcelado en Francia.

Considera probado que los dos condenados, miembros del "comando Olaia" de ETA "decidieron acabar con la vida" de Ybarra mediante el envío de un paquete-bomba a su domicilio a través de una empresa de mensajería Bilbao, donde lo había llevado una mujer cuya descripción coincide "en todos sus extremos" con la de Mendizábal.

225 gramos de explosivo en una caja de cartón

El paquete fue interceptado por la Ertzaintza en la furgoneta de reparto de dicha empresa cuando se encontraba en el domicilio del presidente del Grupo Correo antes de que fuera entregado "por la desconfianza que le generó al destinatario".

Consistía en una caja de cartón envuelta en papel estraza marrón en cuyo interior se encontraron 225 gramos de Tytadine, un detonador eléctrico industrial, dos pilas y dos remaches de acero, así como un sistema trampa de apertura "que provocaría una fuerte explosión y con ello la muerte del destinatario".

Asimismo, los magistrados señalan que las dos etiquetas en las que figuraba tanto el nombre de Ybarra como el remitente, Confesbank, fueron mecanografiadas desde una máquina de escribir hallada en un piso en Amorebieta que tenía alquilado el ex coordinador del "comando Vizcaya" Gorka Martínez Arkarazo, que tras su detención en septiembre de 2003 reveló los nombres de los componentes del "K-Olaia", formado por los dos condenados.

Orgullosos de ser miembros de ETA

La sala, compuesta por la presidenta Teresa Palacios y los magistrados Carmen González y Juan Francisco Martel, alude al comportamiento de los acusados durante el juicio, que comenzó el pasado 30 de septiembre y concluyó el 19 de octubre, en el que "reconocieron, con orgullo, ser miembros de ETA", que reivindicó esta acción en marzo de 2002 y apareció publicada en "Gara" en abril de ese año.

También basa su decisión en la "prolija" prueba testifical y pericial, dentro de la que se enmarca el relato de los agentes que tomaron declaración a Martínez Arkarazo y en las que inculpó a sus compañeros.

Una declaraciones que el propio terrorista aseguró en el juicio haberlas realizado bajo torturas, descartadas por los magistrados, que han tenido en cuenta los "elocuentes y contundentes" saludos y muestras de cariño entre los dos acusados y Martínez Azkarazo, que demuestran "una fuerte ligazón entre ellos".

Asimismo, el tribunal se refiere a las huellas de los condenados encontradas en el piso de Amorebieta, así como a los explosivos y detonadores similares a los utilizados en el paquete-bomba y a un sello encontrado en Tarbes (Francia) tras la detención de Juan Fernández Iradi, "Susper",en el que se mencionaba el envío del artefacto.