Los líderes de la Unión Europea abren la vía a una reforma limitada del Tratado de Lisboa
- Será para dotar a la zona euro de un fondo de rescate permanente
- El acuerdo prevé que el Consejo examine de nuevo la cuestión en diciembre
Los líderes de la Unión Europea han abierto la vía a una reforma limitada del Tratado de Lisboa para dotar a la zona euro de un mecanismo permanente de estabilización financiera con el que hacer frente a crisis grave de solvencia como la que afectó a Grecia esta primavera.
Según ha explicado en una conferencia de prensa el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, el compromiso logrado este viernes por los Veintisiete es doble.
"Nos hemos puesto de acuerdo sobre el principio de que hace falta un mecanismo permanente (de resolución de crisis) y de que, para ello, es preciso una modificación limitada de los tratados. Esa es la conclusión", ha resumido el presidente europeo.
Los jefes de estado o gobierno han encargado a Van Rompuy que emprenda con ese único fin "consultas" con los miembros del Consejo Europeo "sobre una reforma limitada del Tratado".
Dicha reforma, según ha leido Van Rompuy, no podrá modificar el artículo 125 del Tratado que prohíbe expresamente el rescate de un miembro de la Eurozona por sus socios.
Características del nuevo mecanismo
Paralelamente, la Comisión Europea preparará el trabajo "sobre las características generales del futuro nuevo mecanismo" en aspectos tales como el papel que se le reservará al sector privado o al Fondo Monetario Internacional, o la "fuerte condicionalidad" con la que el programa deberá operar.
El acuerdo de este viernes prevé que el Consejo Europeo volverá a examinar la cuestión en su próxima sesión de diciembre, con vistas a tomar entonces una decisión final, tanto en lo que respecta a las características del mecanismo anticrisis como a la manera de lograr una reforma limitada y rápida del Tratado.
Todo ello, con el objetivo de que cualquier cambio "pueda ser ratificado como muy tarde para mediados de 2013", fecha en la caducará la facilidad financiera temporal puesta en marcha el pasado mayo en el peor momento de la crisis griega.