Sin noticias de Camille, la última osa pirenaica
- La asociación FAPAS da por desaparecido al animal y a la propia especie
- El resto de osos que viven en los Pirineos llegaron de Eslovenia hace años
- Culpan a los sucesivos gobiernos como los causantes de la extinción
Camille era la última representante de una especie. Un símbolo de los Pirineos. La última osa pirenaica. Hace meses que nadie sabe nada de ella. Ni siquiera los ecologistas y asociaciones que han seguido sus pasos desde hace años.
FAPAS, el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes, la da por desaparecida, y con ella a toda la especie autóctona de osos pirenaicos. Ahora, los pocos ejemplares que quedan son plantígrados traídos hace unos años desde Eslovenia para intentar salvar la especie.
Ni las decenas de millones de euros invertidos, ni las charlas y coloquios celebrados por doquier para advertir sobre los riesgos de la población del oso pirenaico han servido para salvarlos.
Y desde FAPAS apuntan directamente a "los sucesivos gobiernos españoles y franceses como los causantes de su desaparición".
Una hembra vieja y enferma
Según los conservacionistas Camille, el último ejemplar de la especie, enfermó el pasado invierno y tras varios meses sin saber nada de él, "se da formalmente por muerta, sin que haya podido ser localizada por los numerosos miembros de los equipos de vigilancia".
Durante las últimos tres décadas, la población de osos que habitaban en los Pirineos ha decrecido vertiginosamente a pesar de los recursos económicos invertidos "supuestamente para beneficiar a los osos". Pero ya no queda ninguno.
“Ha sido un fraude contra la biodiversidad“
Según FAPAS, el error ha estado en que "los recursos económicos se han distribuido entre la sociedad implicada", pero "se ha evitado cualquier actuación de conservación de la especie en el territorio", por lo que la organización califica esta asignación de "fraude contra la biodiversidad".
Actualmente, las únicas expectativas de recuperación de la especie se basan en la supervivencia de los ejemplares liberados -los osos eslovenos- que hayan conseguido reproducirse, y la subespecie cantábrica de la que quedan un centenar de ejemplares repartidos entre Cantabria, Asturias y Palencia.
También han aseverado que la reintroducción de los osos en los Pirineos procedentes de Eslovenia, "obedeció en su día a una estrategia planificada por instituciones turísticas francesas, que pretendían desarrollar una campaña de promoción turística".