Irán podría ejecutar el miércoles a Ahstiani, acusada de adulterio
- Lo ha denunciado el Comité Internacional contra la Lapidación
- Ahstiani se encuentra retenida en la cárcel de Tabriz
La iraní Sakineh Mohammadi Ashtiani, cuya condena a morir lapidada en Irán ha desatado una oleada de indignación en la comunidad internacional, será ejecutada mañana, según ha denunciado este martes el Comité Internacional contra la Lapidación.
A través de un comunicado difundido en su página web, la organización con sede en Alemania asegura que las autoridades iraníes han dado la orden para llevar a cabo la ejecución en la prisión de Tabriz, donde Asthiani cumple condena.
La mujer iraní será finalmente ahorcada según ha confirmado el Comité Internacional contra la Lapidación. El pasado mes de septiembre, las autoridades persas ya confirmaron que Ashtiani sería, con toda probabilidad, ejecutada en la horca y no por lapidación tras la presión internacional.
Las acusaciones contra Ashtiani
La organización ya había informado el pasado día 11 de que el hijo de Ashtiani había sido detenido por la policía iraní junto al abogado de su madre y a dos periodistas alemanes que pretendían entrevistarle.
El Gobierno alemán confirmó posteriormente la detención de los dos germanos, supuestamente un reportero y un fotógrafo, identificados por medios alemanes como periodistas del "Bild am Sonntag", que fueron detenidos y encarcelados el pasado 10 de octubre en la ciudad iraní de Tabriz (noroeste).
El Comité ha organizado un acto de protesta este mismo martes a las 15:00 horas peninsulares ante la embajada iraní en París, así como una marcha a la sede del Parlamento Europeo, en Bruselas.
Ashtiani, de 43 años y madre de dos hijos, fue condenada a morir lapidada en 2006 por haber mantenido relaciones con dos hombres tras la muerte de su marido.
Mas tarde, también fue acusada de ser cómplice en el asesinato de su marido y desde entonces permanece ingresada en un cárcel de Tabriz, en el norte del país.
La movilización de la comunidad internacional aumentó después de que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que mantienen buenas relaciones con el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, ofreciera asilo político a Ashtiani, demanda que fue rechazada por las autoridades de Irán.
También los ministros de Asuntos Exteriores de Francia e Italia se prestaron a reunirse con su colega iraní, Manucher Mottaki, para tratar el caso de Ashtiani, lo que fue desestimado por las autoridades de Teherán.
La sentencia de muerte por la lapidación contra Ashtiani ha provocado una campaña internacional por parte de los grupos pro derechos humanos para evitar este castigo que rige en Irán desde las Revolución Islámica de 1979, aunque no se llevaba a cabo desde 2007.