La gran ola republicana contra Obama se lleva el Congreso pero se queda a las puertas del Senado
- Los republicanos logran el mayor vuelco desde 1948 y se hacen con la Cámara
- Sin embargo, es insuficiente para hacerse con el Senado, que será demócrata
- El nuevo 'Speaker' advierte a Obama que tendrá que "cambiar el rumbo"
- El Tea Party desembarca en Washington con varias figuras en el Senado
- Se trata del primer Congreso dividido en 80 años
- Más información, en nuestro especial
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El Partido Republicano ha dado un vuelco histórico en las elecciones legislativas en Estados Unidos al arrebatar a los demócratas el control de la Cámara de Representantes tras quitarle más de 60 escaños, pero no ha podido lograr apoderarse del Senado, que seguirá en manos del partido en el poder, en la primera ocasión en 80 años que ambas cámaras tienen distinto color político.
De esta forma, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha logrado controlar 'in extremis' la marea republicana, aunque se enfrenta a un Capitolio mucho más hostil a sus política y que quiere decididamente que cambie su agenda, especialmente en asuntos económicos.
"Debemos recordar que es el presidente el que marca la agenda de nuestro Gobierno y el pueblo americano le ha enviado un mensaje inequívoco esta noche y ese mensaje es cambia el rumbo", ha proclamado el congresista John Boehner en su primera comparecencia ante los medios de comunicación tras su arrolladora victoria.
Boehner se convertirá en el nuevo Speaker de la Cámara de Representantes -en sustitución de Nancy Pelosi, la gran derrotada de la noche- la tercera autoridad del país y el rostro más reconocible de todos aquellos que no están de acuerdo con la manera en la que hasta ahora Obama se ha enfrentado a la mayor crisis económica desde la Gran Depresión,
Detrás de él está un importantísimo apoyo popular, el mayor que ha recibido el Partido Republicano en unas legislativas desde 1948, mayor aún que en 1994, cuando arrebataron 54 representantes a los demócratas dos años después de la llegada a la Casa Blanca de Bill Clinton.
Los demócratas lograron el control de la Cámara de Representantes en 2006, cuando Pelosi comandó una victoria basada en la decepción con el presidente de entonces, George W. Bush, abonando el camino a la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca en 2008.
Tanto la NBC como Fox News y CNN han señalado que los republicanos conseguirán arrebatarle a los demócratas más de 50 representantes, una situación que preveían ya diversas encuestas y ante la que tanto la líder demócrata en el Congreso como el presidente Obama se han movilizado hasta el último momento.
Advertencia republicana
"No vamos a volver a una política del pasado que ha fracasado. Nosotros estamos con la clase media", decía Pelosi en un discurso muy breve ante un pequeño grupo de demócratas reunidos en el hotel donde el Comité Nacional de este partido espera los resultados electorales en Washington.
Vestida con un traje blanco, la primera presidenta de la Cámara de Representantes, de 70 años, declaraba: "En todo el país, los electores no se van a dejar dictar el resultado de las elecciones por Washington. Hablan su propia voz".
En efecto, han hablado muy claro, aunque no en el sentido que quería Pelosi. La preocupación por la economía y el rechazo popular a medidas aprobadas e impulsadas por el Congreso como la reforma sanitaria o los planes de estímulo y rescate ha colocado en la picota a los demócratas en el Congreso, que tienen una valoración de apenas el 20%.
Desde la cámara baja los republicanos tendrán el control decisivo de la agenda legislativa y sobre los fondos para programas federales, lo que supondrá una presión añadida a la Administración Obama para reducir el déficit.
Así lo ha adelantado ya Eric Cantor, representante republicano que probablemente será el nuevo líder de la mayoría republicana tras el ascenso de Boehner, que también ha asegurado que tratarán de revocar la reforma sanitaria, algo mucho más improbable con la mayoría demócrata en el Senado.
Mayoría en el Senado
Esta mayoría se ha forjado en las victorias demócratas en los estados de la costa este y oeste, mientras las luchas en el centro y en los llamados 'swing states' se han decantado por los republicanos, en una muy mala señal para Obama en las presidenciales de 2012.
Así, los demócratas Coons, Blumenthal y Manchin se han hecho con los asientos en Delaware, Connecticut y Virginia Occidental, en el este, mientras su compañera Boxer en California daba la mayoría definitiva a los demócratas poco antes de las 05:00 de la mañana hora española.
Además, los candidatos a la reelección en el estado de Colorado, Washington y Nevada -este último el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid- están cerca de conseguirla pese a los malos augurios de las encuestas, lo que dejaría a los demócratas entre los 52 y los 53 senadores.
Mientras, los republicanos han conseguido hacerse con estados tan decisivos en unas presidenciales como Pensilvania -en la que el partidario del tea Party Toomey ha vencido por los pelos al izquierdista Sestak- e Illinois, el estado de Obama, en el que el republicano Kirk ha arrebatado el escaño en el último momento al demócrata Giannoulias.
Esta victoria es simbólica de hasta qué punto estas elecciones han sido un rechazo a Obama, que ve cómo parte de su agenda corre serio riesgo de ser enterrada ante unos republicanos que tienen muy claro cuáles serán sus prioridades: "Cortar el gasto en vez de aumentarlo"
Llega el 'Tea Party'
Para ello, los propios republicanos cuentan con el respaldo del fuerte apoyo que han recibido las tesis del Tea Party, cuyos candidatos desembarcarán en Washington impulsados por un espíritu anti establishment que tendrá que enfrentarse a la realidad del día a día en el Capitolio.
Por el momento, los votantes han tratado de separar el grano de la paja y han escogido a los candidatos que tenían un discurso más centrado en la menor presencia del Estado y la reducción del déficit y menos en la esquizofrenia y los exabruptos derechistas.
En el primer grupo estarían los nuevos senadores por Kentucky y Florida, Rand Paul y Marco Rubio, así como la india americana Nikki Haley o el candidato por Pensilvaney Pat Roomey.
En el segundo, los fervores antimasturbatorios de la candidata de Delaware, Cristine O' Donnell, los religiosos y anti seguridad social de la de Nevada, Sharron Angle, y los directamente conspiranoicos del candidato a gobernador de Colorado, Maes, que solo consiguió el 9% tras sus teorías sobre la conspiración de la ONU y el alquiler de bicicletas en Denver.
Mientras, el tercer campo de batalla, el de los gobernadores, arroja un panorama también desolador para los demócratas, que han perdido más de diez estados a manos de los republicanos, aunque han recuperado otro simbólico, el de California, que vuelve a los demócratas tras el paso de Arnold Schwarzenegger.
Entre las pérdidas demócratas destacan las de Nuevo México, donde la hispana Susana Martínez amenaza con extender las leyes de Arizona y, sobre todo, Ohio, un estado que Obama ha visitado en doce ocasiones en la campaña consciente de su importancia para la Presidenciales y que al final ha perdido el demócrata Strickland ante su rival republicano.
Por último, el 2 de noviembre no será recordado como el día en el que se legalizó la marihuana en Estados Unidos, ya que la llamada Proposicion 19 ha sido derrotada pese a la atención mediática recibida. Queda por saber si se recordará como el dia en el que "se escuchó la voz del pueblo", tal y como ha asegurado Boehner o, simplemente, el comienzo de otro tiempo de parálisis en Washington, a la espera de la próxima batalla.