La economía catalana, entre la industria especializada y la deuda creciente
- Cataluña salió de la recesión en el primer semestre de 2010
- Acabará el año en números rojos, pero crecerá en 2011
- La clave: industria especializada con vocación exportadora
- La tasa de paro -17,4%- es ligeramente inferior a la media española
- La deuda pública y las infraestructuras, sus puntos débiles
Cataluña ha salido de la recesión al mismo tiempo que el resto de España, pero su recuperación ha sido algo más rápida: en el peor momento de la crisis, su economía se contrajo más que la del conjunto del país y, sin embargo ahora, pasado el tercer trimestre, parece haber logrado cierta consolidación de su crecimiento mientras que el PIB español se ha estancado.
La clave reside, según los economistas, en la especialización de su industria y el dinamismo de sus exportaciones (ver PDF). También es destacable la aportación del turismo, convertido en motor del sector servicios desde hace meses.
En el lado negativo, la enorme deuda pública de la comunidad disminuye el margen de actuación de las autoridades y ha provocado a la reciente bajada de la nota crediticia por parte de dos agencias de calificación, Moody's y Fitch.
Fuera de la recesión… pero con riesgo de recaída
Según los indicadores económicos, Cataluña abandonó la recesión en el primer semestre de 2010, cuando sumó dos crecimientos trimestrales consecutivos.
La recuperación se ha rematado en el tercer trimestre (ver PDF), cuando el PIB catalán se incrementó en un 0,1%. Ese alza, junto a los trimestres anteriores, ha logrado engullir el retroceso acumulado, con lo que el crecimiento económico entre septiembre de 2009 y septiembre de 2010 se sitúa ya en tablas (0%).
Esos datos positivos no alejan el peligro de una recaída, según Ángel Hermosilla, director general de la Unión Patronal Metalúrgica y miembro de la junta del Colegio de Economistas de Cataluña.
“Según la última encuesta que hacemos en el Colegio a 1.200 economistas, a finales de año puede haber una nueva contracción de la economía que llegue hasta la primavera”, asegura Hermosilla, quien matiza que ese retroceso no sería muy fuerte.
Coincide así con las previsiones de la propia Generalitat, cuyo consejero de Economía, Antoni Castells, ha señalado que Cataluña acabará 2010 “en números rojos, aunque menores que los del conjunto de España”.
En 2011, según Castells, la economía catalana repuntará y lo hará en mayor medida que otras comunidades. Las previsiones de la Cámara de Comercio de Barcelona cifran ese crecimiento en un 0,7%.
Industria, clave para la recuperación
Para ello, Cataluña confía en un factor diferencial: la creciente internacionalización de sus empresas, cuyos productos han encontrado en Asia un apetitoso mercado. Según la Cámara de Comercio de Barcelona, las ventas catalanas a India han aumentado hasta junio más de un 70% y a Japón, más de un 60%.
Las empresas catalanas que hasta ahora se dedicaban al mercado interior “se esfuerzan por internacionalizarse porque creen que la situación en España no va a cambiar en un futuro inmediato”, explica Hermosilla.
Según este economista, también ayudará el menor peso de la construcción en la actividad económica catalana que en la de otras autonomías, y “el interés manifiesto de la sociedad en general por el cambio de modelo productivo, con atención a todo lo relacionado con las energías renovables, el medio ambiente, la biotecnología…”
Esa especialización de la industria de Cataluña también ha ayudado al mayor dinamismo del sector: en los siete primeros meses del año, la producción industrial se ha incrementado un 4,7% interanual frente al 1,4% que se ha registrado en el conjunto de España.
El paro, algo mejor
Además, el turismo –sobre todo, el extranjero- se ha convertido en básico para contrarrestar el frenazo en el consumo de los hogares experimentado en el tercer trimestre.
Por eso, el final del verano –y con él de la temporada alta para el turismo- es uno de los factores que puede llevar de nuevo a la contracción económica, según los economistas catalanes.
También puede afectar al empleo que, en los dos trimestres de la temporada alta turística, experimentó cierto alivio en Cataluña.
Así, entre abril y junio, esa comunidad generó más de la mitad de los nuevos ocupados en España (43.000 de los 83.000 que hubo en todo el país), aunque la Generalitat ha reconocido el 4 de noviembre que aún no se producido una creación neta de puestos de trabajo.
Sin embargo, la tasa de paro catalana está ligeramente por debajo de la nacional (17,41% frente a 19,79%, según la EPA del tercer trimestre).
Pero, como advierte Ángel Hermosilla, igual que sucede en el caso de la economía española, “a corto plazo no se ve una solución factible” para el desempleo en Cataluña.
El lastre de la deuda
Cataluña es la autonomía que cuenta con mayor volumen de deuda, ya que hasta el primer trimestre de este año había acumulado una deuda de 28.769 millones de euros (el 27,6% del total de deuda de las comunidades autónomas).
La deuda autonómica representaba en 2009 el 117% de los ingresos públicos catalanes y el año que viene supondrá ya el 170%.
Si se analiza lo que supone la deuda en comparación con el PIB, pasa a la segunda posición, ya que debe el equivalente al 14,7% de su riqueza, un porcentaje que se eleva al 16% en la Comunidad Valenciana.
Para financiar esa deuda, el Gobierno catalán ha recurrido a varias emisiones de obligaciones en los mercados financieros. Pero el pasado 22 de octubre recurrió a una medida peculiar: sacó una emisión de bonos dirigida a particulares por valor de 3.000 millones de euros.
Peculiar también ha sido la campaña publicitaria, en la que la Generalitat apela al seny (sentimiento de ser catalán) como motivo para adquirir los bonos. Los anuncios en prensa, televisión y radio decían: “Invierte en seny. Invierte en lo que somos”.
Esa operación precipitó la tercera bajada de rating de Cataluña en los últimos 15 meses de la agencia Moody’s -que el 19 de octubre redujo de A1 a A2 la nota aplicada a la deuda catalana, la más baja entre todas las autonomías-, debido al impacto que tendrá el encarecimiento de las condiciones de financiación sobre las cuentas públicas.
Según la agencia estadounidense, el rendimiento que pagará la Generalitat por los bonos (4,75% cuando venzan dentro de un año y dos días) es “alto” y contrasta con el 1,9% que está pagando el Tesoro español por las obligaciones a mismo plazo.
Acelerar el recorte del gasto
En opinión de Moody’s, el incremento de las dificultades de financiación obligará a la Generalitat a acelerar las medidas de recorte del gasto (hasta ahora, ha reducido 1.900 millones de euros).
“Un reto difícil, si se tiene en cuenta la rigidez de sus principales partidas de gasto, especialmente sanidad y educación”, concluye la agencia de calificación.
Ahí hay que añadir, según el economista Ángel Hermosilla, que la crisis ha añadido un coste social importante, con el cual el sistema financiero pensado para las comunidades autónomas no ha funcionado correctamente”.
Eso se ha sumado, a su juicio, al “déficit estructural” que sufre Cataluña históricamente por recibir el traspaso de competencias sin los recursos suficientes.
Además, continúa Hermosilla, “el sector público no se ha reestructurado” ante la actual crisis, como sí lo ha hecho el sector privado. En su opinión, ése es uno de los retos que el nuevo gobierno de la Generalitat tendría que solucionar: “debería reestructurar y modernizar el sector público para adaptarlo a los nuevos tiempos”.
Las infraestructuras, el “gran talón de Aquiles”
A eso debe sumarse lo que este economista define como “el gran talón de Aquiles de Cataluña”: las infraestructuras, que se resentirán aún más por los recortes de gasto público.
Ése es una de las preocupaciones que revela la encuesta del Colegio de Economistas. “Falta red eléctrica y también una fuente de suministro estable”, señala Hermosilla.
“Hay un colapso importante de la red viaria, tanto en las comunicaciones interiores –conexiones con Lérida, el cordón marítimo, el área metropolitana de Barcelona…- como con el exterior, por ejemplo, con el arco mediterráneo”, concluye.