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El día que se rompió la 'flema' contra los recortes

  • Los estudiantes comandan la primera gran protesta contra Cameron
  • Su deriva violenta se escapa de la dirección de los sindicatos de estudiantes

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Con palos y a patadas, un grupo de estudiantes británicos, algunos con la cara tapada, otros a rostro descubierto rompen la puerta de cristal del edificio Millbank, la sede del Partido Conservador, en uno de esos días que el primer ministro británico, David Cameron, y su número dos, Nick Clegg, no olvidarán fácilmente.

Al fin y al cabo, es la primera de la que puede ser una larga cadena de protestas contra sus recortes, unas manifestaciones que veían como algo exclusivo del otro lado del Canal de la Mancha.

Ante el gesto atónito de la recepcionista y la impotencia de la escasa presencia de segurdiad en el edificio pasean por el hall rumbo al ascensor mientras gritan 'Tory scum' (escoria tory) y lanzan piedras y gases.

Más tarde, se suben a la terraza del edificio, crean fogatas y se enfrentan a la Policía, que trata de crear un cordón de seguridad debajo para parar el asalto. Se hace la noche poco a poco en Londres, pero los estudiantes díscolos aguantan. Tenían ganas.

"Mis padres trabajan los dos en el sector público. Mi padre perderá su pensión el año que viene y mi madre perderá su trabajo y eso les dejará en bancarrota".

Con estas palabras Matthew Kell, un estudiante de 22 años de la Universidad de Bristol, al suroeste de Inglaterra, justificaba a un periodista de la agencia Reuters su presencia en la primera manifestación multitudinaria contra los recortes del nuevo Gobierno conservador-liberal de Reino Unido.

Estudiantes indignados

Kell formaba parte de las decenas de miles de estudiantes han salido de todos los puntos del país para reunirse en el centro de Londres en una marcha cuya virulencia ha cogido por sorpresa al ejecutivo.

"Mi hermana tiene quince años y dudo que vaya a la Universidad porque es muy cara", denunciaba Catrina Miles, de 21 años, procedente de la Universidad de Sheffield, al norte de Inglaterra.

La marcha en principio iba a ser pacífica, pero se ha convertido en una auténtica batalla campal, fuera del control de la Unión Nacional de Estudiantes, la organización que ha convocado el acto y que ha condenado la acción de los "buscadores de problemas" que se han separado de la marcha y han entrado por la fuerza en la sede del Partido Conservador, en el barrio de Westminster.

Minoría díscola

"Hablamos de la necesidad de evitar cualquier cosa como esta y lo importante que era actuar de una forma responsable. Desafortunadamente una minoría nos ha debilitado", se quejaba amargamente su presidente, Aaron Porter.

Antes, en plena manifestación, Porter proclamaba de manera grandilocuente: "Estamos en la lucha de nuestras vidas...Nos enfrentamos a un ataque sin precedentes a nuestro futuro antes incluso de que haya empezado".

Ese 'ataque' es un recorte del 60% del presupuesto para educación superior, que sufrirán sobre todo estudiantes y profesores, que también se han unido a la marcha.

Recortes

Como resultado del recorte, las tasas máximas anuales que se pueden aplicar a estudiantes británicos y europeos pasan de 3.200 libras (3.800 euros) hasta una horquilla de entre 6.000 y 9.000 libras (más de 10.000 euros).

La votación decisiva sobre esta reforma llegará a finales de año y muchos diputados liberal-demócratas (que se habían comprometido incluso por escrito a no realizar estos recortes) han dejado entrever que votarán en contra, aunque eso no podría ser suficiente.

Mientras, los sindicatos ya han advertido que éste es el primer paso de una serie de protestas por los recortes en el sector público, los mayores en una generación.