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El TS ordena que se juzgue de nuevo el caso del hombre en coma tras una operación estética

  • Antonio Meño entró en coma hace 21 años tras una rinoplastia
  • Un nuevo testigo, clave para que se reabra el caso
  • El TS anula las sentencias dictadas sobre este asunto anteriormente

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El TS reabre el caso de Antonio Meño, en coma desde 1989 tras una operación de cirugía estética

El Tribunal Supremo (TS) ha ordenado que se celebre un nuevo juicio sobre el caso de Antonio Meño, el hombre que entró en coma hace 21 años tras someterse a una operación de cirugía estética -una rinoplastia- en una clínica de Madrid que resultó absuelta.

El pasado 3 de noviembre Meño fue llevado en una camilla al alto tribunal para asistir a parte de la vista pública, en la que el fiscal pidió al Supremo que admitiera esta demanda.

Así lo ha acordado la Sala de lo Civil del TS en una sentencia notificada este miércoles en la que admite la demanda de revisión presentada por la familia de Meño y anula las sentencias dictadas sobre este asunto anteriormente.

En concreto, el Supremo ha anulado la sentencia que condenó a la familia de Meño a pagar 400.000 euros en costas y ha acordado devolver las actuaciones para su nueva investigación a instancias de las partes.

"Se ha puesto fin al sufrimiento de la familia"

El abogado de la familia, Luis Bertelli, ha expresado su satisfacción por esta resolución "con la que se ha puesto fin al sufrimiento de la familia Meño".

"Vamos a dejar claro que hubo una negligencia tremenda, supongo que las partes demandadas intentarán usar la vía de la negociación y si no quieren solucionar este asunto plantearemos un nuevo juicio", ha añadido.

La madre de Antonio Meño ha celebrado la anulación de la sentencia. En declaraciones a los medios tras conocer la noticia, Juana dijo no haber reaccionado "todavía" a la decisión del Alto Tribunal. "Me cuesta mucho asimilarlo. Esto ha sido una lucha muy fuerte, una lucha de titanes", ha subrayado.

En este sentido, ha dicho que espera que se abra "una nueva etapa" en la investigación del caso, aunque ha mostrado mucha "cautela" por la evolución de los hechos.

"Veremos qué es lo que pasa. Ahora será un juicio distinto, ha habido unas pruebas nuevas que han salido a la luz", ha argumentado y ha dado las gracias por los apoyos recibidos.

Juana y su familia han sido informados mientras preparaban la comida en la tienda de campaña en la que se viven desde hace más de un año y medio tras ser desahuciados de su casa por no pagar las costas del juicio.

Un nuevo testigo, clave

Este caso se cerró después que un juzgado madrileño, la Audiencia Provincial de Madrid y el propio Supremo rechazaran las demandas de la familia al considerar que no existió negligencia médica y se abrió otra vez por la aparición de un nuevo testigo.

Se trata de Ignacio Frade, quien en la vista afirmó que, durante la operación, el anestesista se ausentó y que no estaba presente cuando él mismo se percató de que se producía una alteración en la frecuencia del ritmo cardiaco de Meño.

Frade insistió en que el paciente, que entonces contaba con 21 años, entró en coma porque durante la intervención se desconectó el tubo por donde respiraba.

Según ha recordado, el anestesista, tras ser avisado por una auxiliar, acudió a la sala de operaciones y vio lo que ocurría. "Dios mío, se ha desconectado, rápido, oxígeno", relató el testigo que exclamó el anestesista, que intentó reanimar al paciente.

La Sala de lo Civil del Alto Tribunal considera que el interés de la declaración efectuada por el nuevo testigo "pone de manifiesto la realidad de un fraude procesal-maquinación fraudulenta (...) gestada, fuera del proceso, entre los profesionales intervinientes en la rinoplastia estética, con el fin de impedir a los perjudicados aproximarse remotamente, en el proceso civil".